Portugal reina en el triple salto tras los oros logrados en el Europeo de Atletismo en pista cubierta de Torún, Polonia, por el cubano nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo y la atleta Patrícia Mamona. Además, la luso-camerunesa Auriol Dongmo también fue oro en lanzamiento de peso.
La determinación de Pichardo, o las “lágrimas de oro” de Patrícia, que rompió a llorar emocionada al término de la prueba, copan hoy las portadas de los principales rotativos portugueses, tanto deportivos como generalistas.
Dos días antes, el atleta nacido en Cuba, Pedro Pablo Pichardo, aseguraba que su objetivo era “ser el mejor del mundo” en la modalidad de triple salto. Las reacciones al arrollador triunfo luso no se han hecho esperar: António Costa, presidente de Portugal, ha felicitado tanto a Pichardo como a Mamona en sus redes sociales; elogiando la “gran conquista” del cubano y la “excelente forma de terminar el campeonato” de la segunda.
Pichardo, que pertenece al equipo Benfica, es una referencia en el atletismo “por su espíritu deportivo, por su ambición y por su trabajo” señaló el presidente del club encarnado, Luís Filipe Vieira, en un comunicado emitido tras la victoria, quien además destacó que “el país entero está orgulloso” del oro ganado por el caribeño.
Pichardo “desertó” en 2017
El atleta proveniente de Cuba, que abandonó la delegación oficial de su país en el 2017 y se asentó en Portugal como refugiado hasta obtener la nacionalidad, obtuvo la victoria ayer domingo con una marca de 17,30 metros.
“Me ha dado el oro, pero no ha sido un buen salto”, dijo Pichardo después, destacando que había cometido “varios errores” lo que le había impedido saltar más lejos, no para “batir un récord nacional”, sino porque “hay atletas que saltan más que esto”.
Pichardo comenzó su andadura en el atletismo al debutar con triunfo en el Campeonato Mundial Junior de Barcelona en 2012, donde registró una marca de 16,79 metros.
A pesar de su notable rendimiento físico, una lesión en el tobillo derecho le apartó de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, ya que las autoridades deportivas de Cuba denegaron su participación ante el temor de que su micro-fractura se agravase.
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En el 2017, Pichardo se marchó de la concentración cubana y partió hacia el Benfica portugués, con quien ha competido desde entonces, primero con un estatus de refugiado en el país. Conocido como PPPP (su segundo apellido es Peralta), el joven de 27 años y dos veces subcampeón mundial, recibió la ciudadanía portuguesa en noviembre del 2017 después de sopesar también la opción española.
El triple salto fue de cubanos
Pichardo debió vencer a Alexis Copello, otro atleta nacido en Cuba que compite para Azerbaiyán. Ambos libraron este domingo el gran duelo por el título de triple salto en los campeonatos de Europa en pista cubierta, que acabó recayendo en el primero.
Aunque PPPP sentenció el concurso con su primer salto, de 17,30 metros, inalcanzable ya no sólo para él mismo, sino también para el resto, sí hubo lucha hasta el final por la medalla de plata.
Copello, de 35 años, bronce mundial al aire libre en Berlín 2009, nacionalizado azerbaiyano en el 2016 y autorizado, un año después, por la Federación Internacional de Atletismo para defender la nueva bandera, se colgó la plata con su último salto, de 17,04. “Para mis niñas”, dijo a la cámara el atleta cubano devenido azerí.
Segundos antes, Copello había sido desplazado al tercer puesto por el alemán Max Hess, que finalmente subió con los antillanos al podio como tercero con una marca de 17,01.
Muchos deportistas cubanos, sobre todo en el atletismo, abandonaron los equipos de la isla ante la falta de incentivos, malas condiciones de entrenamiento o el excesivo control de las autoridades, y se ubican en la élite de las competiciones internacionales.
(Con información de EFE)
