“Ni a doña Leonor la metrópoli española le impidió ver a su hijo”, declaró la opositora cubana Omara Ruiz Urquiola al denunciar que el régimen prohíbe al periodista Carlos Manuel Álvarez ver a su madre en Cárdenas, ubicada en la provincia Matanzas.
Ruiz Urquiola recordó que Leonor Pérez, la madre del héroe nacional de Cuba, José Martí, pudo ver a su hijo adolescentes cuando sufrió presidio político, bajo un régimen que, supuestamente, era más oprobioso y represivo que el actual en Cuba.
“Pido al mundo que mire la situación de terror en que el Estado cubano ha puesto a ciudadanos comunes, personas que no tienen ningún récord asociado a actividades violentas, terroristas, criminales”, agregó la profesora universitaria, en denuncia por el dispositivo policial que tiene frente a su casa.
Ruiz Urquiola contó cómo un exalumno de Anamely Ramos, que fue a visitarla a su casa, donde ahora reside temporalmente la también exprofesora universitaria, fue detenido y registrado violentamente por la policía sólo por haber entrado al lugar.
“Estoy rodeada por delincuentes”, agregó la mujer, en referencia a los agentes de la policía que rodean su casa y que, a su juicio, son personas extraídas de la miseria por el sistema, “para seguir reproduciendo el ciclo de la marginación y la violencia”, convertidos ahora en esbirros útiles de sus propios compatriotas.
Urquiola se encuentra en estos momentos cercada en su propia casa junto a la historiadora del arte y también miembro del Movimiento San Isidro, Anamely Ramos, luego de que el régimen las desalojara de Damas 955, donde varios opositores protagonizaron una protesta pacífica que causó revuelo en la opinión pública nacional e internacional.
Las manifestaciones del Movimiento San Isidro comenzaron el 18 de noviembre, como medio para exigir la liberación del músico contestatario Denis Solís, injustamente encarcelado y sometido a un juicio sumario, sin garantías legales. Como respuesta, varios integrantes de la organización comenzaron una huelga de hambre.
Fuerzas del régimen irrumpieron violentamente el 26 de ese mismo mes en la sede del MSI con el propósito de poner fin a la manifestación y arrestaron a los opositores. Horas después ese mismo día fueron puestos en libertad, pero se les impidió regresar a la sede de Damas 955, en La Habana Vieja.
El desalojo provocó una protesta de varios artistas e intelectuales ante el Ministerio de Cultura a favor de más libertades y respeto a los movimientos opositores, tildada por algunos como demasiado conciliadora con el régimen y celebrada por otros por su contenido contestatario.
La protesta de San Isidro y el plantón ante el Mincult ha provocado revuelo en la comunidad cubana y la arena internacional. También reacciones del régimen, que organizó un acto paralelo con sus simpatizantes. El diálogo prometido al parecer nunca ocurrirá.
Una nota del Ministerio de Cultura reafirmó este 4 de diciembre que el régimen cubano nunca ha deseado dialogar con nadie, a excepción de sus seguidores más fieles, y deslegitima y ofende a quien alce su voz por encima de la suya.
Bajo el título “Rompen el diálogo quienes pidieron diálogo”, el castrismo puso sus condiciones draconianas para “dialogar” con artistas e intelectuales, prácticamente una camisa de fuerza, porque niega todo contacto futuro con disidentes abiertos, el Movimiento San Isidro y la prensa independiente.
El Ministerio de Cultura negó “toda legitimidad” al grupo de artistas que se reunió frente a su cede el 27 de noviembre y les arrancó una reunión hasta largas horas de la madrugada, en las que estuvieron presentes disidentes y se habló de la represión contra el Movimiento San Isidro.