El domingo fueron detenidas Berta Soler, líder del movimiento por los derechos humanos Damas de Blanco, y la activista de esa organización Lourdes Esquivel.
Ambas fueron arrestadas en las cercanías de la vivienda que sirve de sede en la capital a la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), que se ubica en Calabazar, La Habana.
La opositora dijo a Radio Televisión Martí que fueron arrestadas y montadas en el carro patrullero, custodiadas por dos mujeres uniformadas, que las pusieron en la parte de atrás de la patrulla donde violaron todas las normas del distanciamiento social para evitar la propagación de la COVID-19.
Soler, quien fue detenida también el sábado junto con su esposo, el expreso político Ángel Moya, al hacer la denuncia a Radio Martí precisó que las autoridades están muy preocupadas con lo que ha venido sucediendo en la capital cubana, tras los sucesos en San Isidro.
“Un oficial llamado 'Arturo' me dijo que estaban sucediendo cosas raras y la cosa rara es que están sucediendo varios eventos, principalmente en La Habana, después de los 10 días de plantón del Movimiento San Isidro (MSI)”, confirmó la activista.
“El régimen cubano está muy preocupado”, concluyó Soler.
Soler fue una de las primeras figuras reconocidas de la oposición que apoyó las acciones pacíficas del MSI.
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Entre los primeros detenidos del domingo 22 de noviembre, cuando el MSI había convocado a expresar públicamente solidaridad con sus causas en plazas del país, estuvieron Berta Soler y Ángel Moya. Fueron interceptados por policías y agentes de la Seguridad del Estado, cuando se dirigían a San Isidro para brindar su apoyo a los 14 activistas que llevan días atrincherados en el número 955 de la calle Damas, sede principal del MSI, en La Habana Vieja, exigiendo la liberación de Denis Solís y el cese de la injusticia económica y las violaciones a los derechos humanos.
De la detención dio cuenta el comunicador independiente y activista Héctor Luis Valdés Cocho, a su vez acosado, detenido y amenazado en varias ocasiones por los represores del régimen.
“Detienen a Berta Soler Fernández y a su esposo Ángel Moya Acosta, cuando se dirigían a la sede del Movimiento San Isidro para brindar apoyo a los chicos”, escribió Valdés en Facebook.
La desesperación del régimen por cortar el apoyo que han estado recibiendo los miembros y aliados del MSI, es evidente con la campaña difamatoria y de incitación al odio que ha emprendido en sus medios de propaganda.
Al más puro estilo de los hutus en Ruanda contra los tutsis en uno de los genocidios más impactantes y lamentables de la historia contemporánea, los pregoneros del castrismo en Cuba hacen uso de sus principales órganos de propaganda, pretendidos medios de comunicación pública, para incitar a sus seguidores a la violencia contra aquellos que hoy reclaman una Cuba diversa, democrática y plural, donde se respeten las libertades y derechos individuales que el régimen imperante ha cercenado por más de seis décadas con el pretexto de defender ideales “superiores”.
La campaña difamatoria sostenida durante los últimos días desde el oficialismo contra miembros y simpatizantes del Movimiento San Isidro (MSI) y el grupo de artistas y activistas que se manifestaron el 27 de noviembre frente a la sede del Ministerio de Cultura (Mincult) escaló este 7 de diciembre a un explícito escenario de discursos de odio con la publicación por el portal Cubadebate de una frase que incita a luchar, armas mediante, contra aquellos que discuten la naturaleza, legitimidad y procederes del sistema político de la isla.
“Como diría el Titán de Bronce: ‘Machete, machete que son poquitos’”, posteó el referido medio en sus perfiles de las redes sociales Facebook y Twitter, seguidos por obligación por muchos cubanos vinculados al régimen y sus instituciones.
(Con información de Radio Televisión Martí)