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La mancha del pueblo convaleciente

Miguel odia a los que hemos partido, pero pide que mandemos dólares para que el partido siga partiendo por la mitad a los cubanos y no ganemos ya ni en la pelota.

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El régimen convocó a una marcha para este 20 de diciembre
Armando Tejuca | El régimen convocó a una marcha para este 20 de diciembre

Actualizado: December 20, 2024 7:36am

Como no se le ocurre nada productivo o novedoso, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez (pongo el nombre completo porque le queda poco), ha convocado otra marcha para salvar la revolución o la nación, que no son lo mismo.

Una marcha que es otra mancha en su expediente y en el del PCC y la dictadura cubana. Un gasto de energía (ni siquiera son energías renovables, pues cuando llegas a tu casa no hay nada que comer). Un bulto de gente gritando y alzando (con desgano, con poca fuerza, casi sin ánimo) el brazo, los brazos, para que el imperialismo se llame a capítulo y retroceda.

La idea, después de todo, tiene su lógica. Claro, una lógica que viene de un cerebro partidista, es decir, que está partido. Por eso Miguel odia a los que hemos partido, pero pide que mandemos dólares para que el partido siga partiendo por la mitad a los cubanos y no ganemos ya ni en la pelota. Por eso él lanza su grito de guerra: “La orden con el bate está dada”.

Lo único malo es que la gente no tiene ganas de salir a la calle, ni ánimos para seguir enfrentándose al Norte revuelto y ya no tan brutal (más brutal está el buró político). Y todos saben que de nada servirá presionar a Biden, que ya se va, y nadie sabe cuándo volverá. Y a lo mejor regrese, a pesar de la edad, y converse con Machado Ventura o con Raúl Castro y ninguno de los dos sepa quién es el otro.

Pero no es mala idea, decía. He visto fotos de La Habana en los últimos tiempos y no se ve casi a nadie, ni a la policía, y esa aparecía siempre en todas partes. Con una convocatoria así, aunque la gente no marche, porque dudan de que con esa tontería Cuba marche a alguna parte, al menos se ve gente en la calle, no vaya a ser que los extraterrestres vean las ciudades vacías, abandonadas, depauperadas, y piensen que es hora de llegar y apoderarse de ellas.

Y eso sería una bendición: cultivos de malangas marcianas en Matanzas, un plan citrícola venusino desde Pinar del Río a Las Villas. Y reses de Júpiter por todas partes. Cuba sería entonces, de verdad, una república “lunática”.

La prensa, la radio y la televisión perdieron la oportunidad de convocar a la marcha con una frase muy sencilla: “Cubano, sal de tu casa, que está a punto de derrumbarse”, o mejor aún: “Allá afuera hay luz. 

Imagino a Miguel de Cervantes, en su maltrecho cuarto de La Habana Vieja, mirando los carcomidos techos desde su ventana maltrecha, escribiendo: “En un lugar de la marcha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”.

A pesar de que la palabra para describir la situación actual de la isla suena muy parecida al sitio donde cayera en combate el mayor general Antonio Maceo: La Caca Igual, los mandantes quieren marcha, que no es lo mismo que ritmo. ”Lo que me parece chancletero es intentar ablandar al presidente de los Estados Unidos con gritos mal educados como “Biden, tarrú, pon ya la lú”. 

Así que, en un momento de desespero, o de profunda convicción (han intentado extirparle las convicciones a Miguel Limonardo, pero no se deja) lanza su alarido, su señal inequívoca (después le explican esto a Canel y a su primer dimistro Marrero) de que el pueblo unido jamás será vencido, y, aunque algún asalariado de la CIA comience a cantar aquel himno “Viva la patria entera empobrecida”, la masa grita al unísono: “Todos a la panza con Canel”.

Claro que habrá ausencias lamentables, como las del compañero comandante en jefe Fidel, que dijo que el cuerpo le pesa. Raúl mandó a decir que iría la próxima vez, porque está preparando el centenario del asalto al cuartel Moncada. Ramiro Valdés se excusó, porque está muy deprimido por la muerte del centenario Julio Camacho y dice que ese sí era un macho. Esteban Lazo justificó su ausencia porque el médico le prohibió coger sol, porque ya estaba muy tostado. Y a José Ramón Machado Ventura lo invitaron, pero preguntó qué día era hoy y de qué año, y lo dejaron tranquilo.

Muchos cubanos, de esos que dice el partido que todavía apoyan a la revolución, iban a asistir, pero no habían comido nada el día anterior y no se sentían con fuerzas. El bloqueo aniquila a los militantes en sus propias casas.

Un grupo de dos personas se iban a sumar a la marcha (tal vez pensando que al final habría pipa de cerveza y algún que otro refrigerio), pero con la primera persona con la que tropezaron fue con Randy Alonso, el de la Mesa Redonda, y se asustaron y huyeron despavoridas.

Se presiente un cambio de señas y de lenguaje, una renovación de la revolución. En lugar de la frase: “Somos continuidad”, de ahora en adelante se dirá “Somos prolongación”. Otro lema que muta es el que lanzó el Delirante en jefe: “Somos un hueso duro de roer”. En el 2025 se dirá de este modo: “Danos un hueso duro para roer”. Y, aunque algunos contrarrevolucionarios han enarbolado la consigna de “Patria y vida”, oponiéndola a la ya clásica “Patria o muerte”, el partido, en su infinita sabiduría, propone esta, más actual y convincente: “Partía de muertos, nos veremos”.

Será un acto de reafirmación revolucionaria, una mancha del pueblo combatiente, donde se desbordará el fervor y el apoyo a… la fidelidad hacia… la entrega absoluta a… Donde se desbordará el fervor.

Pudiera aprovecharse esa multitud para ir a derrotar las montañas de basura y deshechos en menudos pedazos que hay en cada esquina de la ciudad. Y rellenar los baches. Y de paso, demostrarle al enemigo que Cuba no le tiene ningún miedo, pero sí un poco de envidia.

Y si hay que participar, integrarse, e ir a esta marcha, no temas. Di desde lo más profundo de tu yo interior: “Que vaya Sandro”.

Ellos sabrán.