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Donde el jején puso el huevo

Alguien sugirió que a cada turista ruso que decidiera visitar la isla se le entregara un librito titulado “Vida de los jejenes” o “Donde el jején puso el huevo”, pero era muy costoso. Y tampoco había tiempo de ofrecer cursos sobre los insectos que les esperarían en Cuba.

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Cuba, donde el jején puso el huevo
Armando Tejuca | Cuba, donde el jején puso el huevo

Creado: January 23, 2025 11:11am

Actualizado: January 23, 2025 11:43am

Nadie sabe si es un aporte del MINTUR o una protesta contra el desenfreno de GAESA, o algo instrumentado por la resistencia ucraniana, pero los jejenes están haciendo imposible el turismo de los rusos en Cuba.

Ya la cosa pasa de castaño oscuro, y el caso comenzó a ser investigado por el DTI, la Seguridad del Estado y algunos miembros del antiguo KGB, retirados por tener hemorroides.

Los órganos de inteligencia de la República Popular China se ofrecieron voluntarios para investigar el fenómeno, pero es por todos sabido que los chinos se meriendan todo lo que nade, vuele o camine, por lo que, si acababan con los causantes de esta plaga, no habría pruebas para una acusación formal.

Y por si el mundo no lo cree, y algún descocado persiste en su intención de visitar la isla caribeña para gozar y bailar con la sinfónica nacional, ahí están, dando la vuelta al mundo, las fotos de las ronchas que los jejenes le hicieron por todo su cuerpo moscovita a la turista Liudmila.

Especialistas de la Academia de Ciencias y del círculo de interés Felipe Poey se personaron en Varadero para escuchar en persona el testimonio de Liudmila, que ya no estaba allí, pero que había dejado una nota en carpeta sobre el ataque de los jejenes, la cual decía: "Son más feroces que los mosquitos cubanos. Son invisibles debido a sus alas transparentes, y muy agresivos. Sus picaduras no se sienten, pero las ampollas posteriores no dan descanso. Los jejenes están activos por la mañana y por la noche, cuando no hay sol brillante".

Cuando las autoridades del MINTUR y de GAESA (que son lo mismo) conocieron esas declaraciones de la rusa, pidieron al consejo de estado que pusiera el sol todo el día y toda la noche, al menos en Varadero. De hecho, intentaron hacerlo para ver si así se espantaban los jejenes y no molestaban al turismo ruso, que casi era el único que les caía por allí, pero, cuando pensaban que el sol iba a funcionar, se rompió la Guiteras y después la del Mariel. Dicen los que estaban cerca que se sintió un aplauso prolongado que el gobierno achacó a los jejenes.

En los órganos de inteligencia cubanos existía la sospecha de que esos insectos eran fabricados en Langley, Virginia, en una estación que la CIA tenía exclusivamente para esos menesteres. Pero no había pruebas. Y entretanto, peligraba el turismo que llegaba de Moscú, de Leningrado y de otros puntos fríos. Rubios y rubias con una piel blanca como la leche, suave como el pan de antes, que los jejenes, las chinches y los mosquitos esperaban con sus trompitas enarboladas, porque era una epidermis fácil de atravesar y representaba un cambio de dieta.

Como no se pudo capturar vivo a ningún jején de los que habían agredido a Liudmila y a otros rusos anónimos o anodinos, se pasó a elevar (a la altura en que supuestamente vuelan estos insectos) una queja formal: “la Unión Rusa de Turismo pidió aclaraciones a la consejera de Turismo de la Embajada de Cuba en Rusia, Cristina León, quien trató de relativizar el asunto”. Como toda una especialista en jejenes, ella respondió: “Esta especie de mosquitos de arena, que se llaman jejenes, viven en países tropicales y no representan ningún peligro. En los meses menos calurosos hay menos de ellos en la Isla. Es solo que algunas personas sufren de ellos, otras no, y algunos son alérgicos a sus picaduras".

Alguien sugirió que a cada turista ruso que decidiera visitar la isla se le entregara un librito titulado “Vida de los jejenes” o “Donde el jején puso el huevo”, pero era muy costoso. Y tampoco había tiempo de ofrecer cursos sobre los insectos que les esperarían en Cuba.

Alexan Mkrtchyan (se premia a quien pueda pronunciar el apellido), director general de la red de agencias de viajes Pink Elephant, estaba más claro cuando argumentó: "¡Porque en Cuba no hay problemas más graves que los mosquitos! Los hay, y más importantes: escasez de electricidad y combustible y mala comida en los hoteles. Esto es sobre lo que hay que advertir a los turistas, y no sobre algunas picaduras de insectos". Lo que no quiso decir es que, si un jején te pica con luz, te molesta, pero si te pica en la oscuridad, llegas a encabronarte muchísimo. 

Y según recientes estudios de la Academia de Ciencias, los mosquitos y jejenes se alborotan cuando hay oscuridad absoluta. Es como si se excitaran cuando falla la Felton y esperan que luego digan adiós la del Mariel y la Renté. Como si se les alborotara la adrenalina. Pican a todos por igual, pero si sienten que la víctima es rusa, se ponen más agresivos, como si hubieran probado en los años sesenta las compotas soviéticas y ahora quisieran vengarse.

Otros visitantes subieron la parada; hubo hasta quien habló de la existencia del brote de un virus potencialmente mortal en la isla y de moscas asesinas que atacan a los turistas. Pero no hay moscas asesinas, son las mismas de siempre, solo que se sienten cada día más a sus anchas, viviendo en los numerosos basureros en las esquinas de la capital y de las ciudades del interior. Y si se notan en Varadero, ellas también tienen derecho a disfrutar de nuestras hermosas playas.

Un ruso de nombre extraño, Lada Popelo, director de turismo del negocio ruso Club del Caribe, intentó minimizar las quejas sobre los jejenes en las playas de esta manera: “Pero este problema no se puede comparar con nuestra taiga, con Siberia, donde en verano a veces es imposible salir a la calle por culpa del mosquito".

De modo que una magnífica manera de evitar que te piquen mosquitos y jejenes es no hacer turismo en la taiga o en Cuba, a menos que GAESA te secuestre en Rusia a punta de pistola. Muchos cubanos se han quejado porque los turistas van a Cuba a quitarles los jejenes, cuando les pertenecen solamente a ellos. Uno hasta preguntó qué es un apagón sin mosquitos y jejenes.

Pero hay para todos, turistas y nacionales. Un órgano de prensa ya informó que “existían reportes de la molesta presencia de jejenes en Jatibonico, Fomento, Taguasco, parte de Cabaiguán y en la zona norte y sur de la ciudad de Sancti Spíritus”.

Uno de los pocos jejenes que pudieron ser entrevistados dijo algo irrebatible: ¿Por qué se quejan los rusos de que los picamos en Varadero? Nosotros no vamos a Rusia a molestarlos.

Y creo que tiene mucha razón.


Ramón Fernández-Larrea