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Cuba 2025 con Canel y la “renuevación”

Siguiendo la orientación del PCC y del propio Raúl Castro, el actual presidente en funciones, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, le pasa la presidencia del país a Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en un relevo transparente y democrático, en el que Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha sido elegido, por una nimiedad, por el PCC, el propio Raúl Castro, la Machi y Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

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Miguel Díaz-Canel y la Machi, Liz Cuesta
Armando Tejuca | Miguel Díaz-Canel y la Machi, Liz Cuesta

Creado: January 27, 2025 8:22am

Actualizado: January 27, 2025 9:00am

Cuba le ha demostrado al mundo que sí es una verdadera democracia. 

Por eso, y siguiendo la orientación del PCC y del propio Raúl Castro, el actual presidente en funciones Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, le pasa la presidencia del país a Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en un relevo transparente y democrático, en el que Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha sido elegido, por una nimiedad, por el PCC, el propio Raúl Castro, la Machi y Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Y era de esperar que los imperialistas norteamericanos, secundados por los odiadores, queriendo ensombrecer la ceremonia de prístino traspaso de poderes (que es en realidad un trasplante), hicieran la suya días antes, porque así son esos delincuentes. Chabacanos, copistas, imitadores y competidores tramposos. 

A media mañana todos los implicados en este acto político de trascendencia casi universal, se preparan para hacer un paseo simbólico por la capital, y que el aguerrido pueblo cubano los vea. En el automóvil presidencial viajan, además del chofer (que funge, además, como escolta, recadero, conductor designado e informante de la Seguridad del Estado), la primera dama de antes y la primera dama de ahora, La Machi, y su flagrante esposo, terrorista de su vida, Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el presidente saliente, que casualmente se llama igual y es él mismo.

Los vecinos de La Habana han demostrado su actitud combativa y revolucionaria cumpliendo con el pedido del partido de que metieran en sus casas, de manera temporal, la basura que adorna las esquinas, pero que dificulta el paso de la caravana presidencial.

Antes de partir a su recorrido democrático y revolucionario, se acerca al grupo formado por el chofer, Díaz-Canel 1 y Díaz-Canel 2, y la Machi 1 y 2, Menelao, el profesor de lenguaje popular cubano, que el consejo de estado define como “instructor de habla del pueblo y para el pueblo, en pos de maximizar el acercamiento de las instancias superiores a las masas”, y orienta al pueblo sobre el paseo triunfal, de esta manera: "Salen del enkufo y meten vititi en la parte potable de la poma y recurvan", que significa que solamente darán vueltas y vueltas por la zona residencial donde viven, porque lo otro está en candela. La Machi, en esa ingenuidad que da la alta cultura, pregunta qué significa la orientación de Menelao y qué es "la parte potable de la poma", y el flamante presidente le aclara: "Donde hay agua, mi amor".

El coche presidencial arranca por fin y hace filigranas en las dos o tres calles del barrio para no salirse de aquella realidad ideal, y que los ojos presidenciales -el saliente y el entrante- no se nublen o amarguen por la destrucción a la que ha sometido a la ciudad y al país, lo que ellos califican como “la soberbia imperial”.

Todos saben que, en cada cuadra hay un comité, así que no es de extrañar que al compañero presidente le pasen, cada cien metros, una llamada del general Raúl Castro preguntando por dónde va, si se demora o no. Lo está esperando para dar comienzo a las maniobras militares Bastión 2024.

El chofer atiende otra llamada. Dice: "Positivo" y le transmite el mensaje al nuevo presidente. "Dice el general que este será un año de intensa preparación para la defensa". La nueva primera dama, que no es primera dama, ni tan nueva, repite: "Este será un año de intensa preparación para la defensa, ¿oíste, papi?"

Papi, es decir, el flamante nuevo presidente, que tampoco es presidente, ni flamante, repite con énfasis el mensaje, como si se le hubiera ocurrido a él mismo: "¡Este será un año de intensa preparación para la defensa!". 

A los pocos minutos, cansados y mareados de tanta realidad irreal, el presidente entrante da la orden de desviarse y salir a la capital, pase lo que pase y suceda lo que suceda, y, cuando el chofer le avisa del peligro de baches y salideros, Miguel Mario lo calla con un argumento contundente: “Haremos una marcha para solucionar ese problema”.

-Papi, no olvides lo de después- dice cariñosa La Machi al dictador de su corazón, y con eso le recuerda que tras el traspaso de poderes tienen fetecún, porque “su Eminencia Makarios, representante del Patriarcado Ecuménico y la Arquidiócesis Ortodoxa Griega en Australia quiere entregar a Díaz-Canel (a cualquiera de los dos) la Orden del Patriarca Ecuménico Bartolomé “Estrella”. -No podemos faltar, papi- reitera la primera dama que no es primera dama -Fíjate que ese hombre dice que Fidel tenía una visión ecuménica-. El nuevo presi asiente y dice para sus adentros: “Vamos a ir porque somos continuidad, y porque el cura ese es ortodoxo, que era el partido de Eduardo Chibás”.

La Machi sugiere que entonen algún himno, y casi unánimemente los dos Díaz-Canel, ambas ellas y el chofer comienzan a cantar: “Aquí no hay marcha atrás. Aquí la timba está ʺcerráʺ. Cuba no le teme al ciclón, ni al sismo ni al apagón ni a cocinarse con leña".

El chofer da un frenazo repentino, pero no porque sepa mucho de historia, sino porque en aquellas calles vacías ha aparecido, sorpresivamente, un tipo en bicicleta. Ahí es cuando la Machi se da cuenta de que solamente se ven ruinas y montañas de basura, y grandes charcos de agua, pero ningún transeúnte. Se lo dice a su esposo y él responde: "Debe ser que están movilizados, o en la agricultura, o preparándose para la defensa de nuestras conquistas". Pero el chofer le aclara: "Casi todos se fueron del país, compañero presidente". Y la Machi apunta: "Ah, bueno, más remesas para la revolución". "Pues prepararemos una marcha también para repudiarlos", aclara el nuevo Miguel Mario.

En ese momento vuelve a llamar Raúl Castro, urgiendo al nuevo presidente a ir a su encuentro para dejar inaugurado el Ejercicio Estratégico Bastión 2024, para estar preparados para la batalla defensiva territorial contra una invasión. Mario Miguel Díaz-Canel Bermúdez se va a cambiar la ropa  para ponerse allí mismo el uniforme verde olivo. La Machi le pregunta si la ropa le entra y él no responde. 

Cuando termina, se sienta, todo verde, mira por la ventanilla y dice, muy seguro de sí mismo: "Este año va a ser mejor que el 2026. Vamos a hacer una marcha para demostrarlo". 

Y el carro sigue gastando gasolina.