Que haya inteligencia, aunque sea artificial

Ahora sí se orinó la perra en la sala. En Cuba, sus habitantes pudieran ser inteligentes, aunque sea artificialmente.

Y como el esfuerzo continuado por ser continuidad, mantener vivo el pensamiento de Fidel y confiar en la construcción del Socialismo ha agotado la natural, el presidente designado apuesta ahora a la inteligencia artificial (AI).

Muchos se preguntan para qué sirve la inteligencia artificial. O, mejor aún, en qué pudiera ayudar la inteligencia artificial en el imparable deterioro de la isla. Fácil. Por ejemplo, si se busca una solución al problema del gas licuado en la población, la inteligencia artificial lo resolvería en segundos: orientaría que se distribuya el gas en estado sólido, ya que hay problemas con el licuado.

O auxiliar con el grave problema de las termoeléctricas, que se turnan para averiarse y dejar el país en penumbras. A nadie se le ha ocurrido convertir el revés en victoria, y hacer de la isla un night club, o proponer que el himno nacional sea aquel tema de la orquesta Monumental “El Mechón”, que decía con revolucionaria alegría: “Ya la fiesta comenzó, en toda la carretera. Como no tenían velas se alumbraban con mechón”. Y que una voz estentórea y patriótica, o patriótica y estentórea, aliente y grite: “¡Que prendan, prendan el mechón, que prendan, prendan el mechón!”

Eso lo hubiera ordenado o sugerido la Inteligencia Artificial si gobernara a Cuba. Que uno no sabe si la inteligencia artificial es tan inteligente que ha convencido al que ocupa el recargo de presidente, Mario Miguel, “que quiere introducir contenidos relacionados con la IA en todos los niveles de enseñanza”. En esa jugada, viendo cómo Cuba se desmorona mientras Díaz-Canel mira hacia otro lado y apuesta por otra cosa, cualquiera se da cuenta de que la inteligencia artificial es inteligente y el artificial es el Puesto a Dedo.

Lo malo, lo único que pudiera detener esa fiebre tecnócrata de Mario Miguel Díaz-Canel sería que alguien inventara la Ignorancia Artificial, pero esa no se deja. Dice que ella es natural o no juega, y que se reparte democráticamente para que todos tengamos un poco, aunque no sé cómo, los que llegan a dirigir una nación, logran acumular grandes cantidades, como para que nunca les falte.

Algunos dicen que la ignorancia, artificial o natural, es producto de la ausencia de inteligencia, de cualquiera de las dos. Si en el Vaticano utilizaran la AI o IA, le corregiría los sermones a obispos y papas, y no dejaría decir al pontífice Francisco ese disparate poco humano y nada celestial de que “la excarcelación de presos en Cuba es un gesto de gran esperanza”.

Ahí hubiera soltado un pitido de cafetera el robot o el aparato que controla la inteligencia artificial, y encendería una señal en rojo (le viene bien al Papa Pancho). Pero estallaría ante el otro disparate que soltó a continuación: “Espero que en los próximos meses se sigan realizando iniciativas de este tipo en las distintas partes del mundo”.

Esa frase le alegró la vida a Canel, a Raúl Castro, al enano resabioso de Daniel Ortega y al esqueleto rumbero que le acompaña, a Nicolás Maduro y a toda la pléyade de hijos de fruta nada artificiales que ensucian este mundo. Porque el razonamiento es sencillo y la lógica muy clara. No hay que ser muy inteligente, natural o artificial, para entender que si alguien quiere que se sigan excarcelando presos en el mundo, es porque alguien los metió antes en la cárcel.

El diario oficialista Granma, órgano que el PCC se niega a donar para salvar vidas, recogió (parece que cayó al suelo) la mayor ilusión de Díaz-Canel con la Inteligencia Artificial: "Tenemos que aspirar a estar en la avanzada, por lo menos en América Latina y el Caribe. Aun cuando no disponemos de la infraestructura, sí contamos con un capital humano lo suficientemente preparado para avanzar en ello".

Pocos saben el alcance de la modernidad, porque nuestro país ha sido llevado prácticamente a la Edad Media. “Rusia es uno de los diez países, entre ellos EEUU, China, Reino Unido e Israel, que están desarrollando sus propios modelos de IA generativa”. Cuba, para ir al seguro y ser más que nadie, desarrolla ahora la Inteligencia Artificial degenerativa. Y si no me creen lean esto que acaba de declarar una compañera combativa, a propósito de la decisión del presidente Biden de sacar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo: “Cuba no puede ser terrorista, porque en Cuba el pueblo es el ejército uniformado… o al revés”.

He leído que: “La inteligencia artificial ahora nos permite calcular el valor de mercado de una vivienda con tan solo 3 clics”. Para saber si uno de los gordos que dirigen nuestro país es un inútil, solamente bastaría un clic. Y después, un chao, ahí te lo dejo.

Pero quién quita que Díaz-Canel tenga razón y la Inteligencia Artificial se encargue de cosas que hasta ahora hacen los seres humanos: sacar decretos asfixiantes, dictar leyes contra la libertad, vigilar a los opositores, perseguirlos, interrogarlos, amenazar a su familia y golpearlos en las cárceles. Porque en Cuba ahora mismo hay más cárceles que escuelas.

Ya veo que en la clausura de un pleno del buró político del PCC Díaz-Canel o su doble, el primer suministro Marrero (es su doble porque es dos veces el otro) grita: -Dame la A- y los integrantes gritan Aaaaa. 

Y Puesto a Dedo, sube el volumen y dice -Dame la I- y todos responden: -Iiiiiii. 

-¿Qué dice?- pregunta Miguel, y todos, atronadoramente gritan: Fidel, Fidel.