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De buena y de mala Fe

Buena Fe hace mucho que me deja sin ánimos, y no me interesa su propuesta artística, siempre superada por su postura política e incívica

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De buena y de mala Fe
Ilustración para ADN Cuba: Armando Tejuca | De buena y de mala Fe

Actualizado: Wed, 05/24/2023 - 11:29

Cuando alguien hace un acto noble nadie está obligado a decir que lo ha hecho por bueno. Y menos quien lo hace. Resulta sospechoso que una buena acción necesite defensores que no sean quienes la reciben. Y existe, casi desde el inicio de los tiempos, algo que ha sido denominado, con ingenio y poesía animal, “Dar gato por liebre”, que significa, más o menos, dar por bueno lo que no lo es, o dar rojo diciendo que es verde.

Sin ánimo de encender más el debate, a propósito del caso Buena Fe. Sin intención de abogar por ellos o condenarlos. Sin el propósito de juzgar a tirios y troyanos, me quedo así, desmadejado, porque Buena Fe hace mucho que me deja sin ánimos, y no me interesa su propuesta artística, siempre superada por su postura política e incívica.

Ellos mismos se extrañan de la calurosa bienvenida que les dan las instituciones oficiales de la isla y el caluroso repudio que levantan a su paso en el extranjero por parte de la emigración cubana. Es explicable: uno de sus integrantes, o el más conocido y hablador, ha dicho recientemente que él es fuego y no antorcha.

Y en eso de ser fuego y no antorcha, que para mí significa estar encaramado en el palo y arrasar con cuanta cosa pudiera arder, me llama la atención que un dúo de dos haya elegido el nombre de una intención como su nombre. Eso siempre puede traer la sospecha de que están predisponiendo a su favor. Por eso resulta doloroso comprobar que la intención no es tal, o que no es totalmente buena, porque somos humanos, y de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.

Y el lenguaje que usan, madre mía, es sinuoso, aparentemente neutral, aparentemente inocente y nada ofensivo. Si hasta a quienes no están de acuerdo, con ellos, con Dios o con la dictadura cubana, les dicen “activistas que adversan”.

Para decir que arrastran todo lo que se puede arrastrar, caracoles africanos, clarias y vergüenzas propias y ajenas, han dicho cosas como: “Nosotros hemos hecho un tipo de arte muy crítico con la realidad social cubana, muy crítico con las decisiones incluso que muchas veces ha tomado el gobierno, muy crítico con la respuesta de nuestra propia gente, que muchas veces no es la más racional, muy crítico con todo lo que se nos ha puesto delante, porque para eso es este tipo de canción. Nosotros somos, digamos, herederos de lo que fue el movimiento de la nueva trova que siempre tuvo una raíz totalmente comprometida con su realidad social”. Sube el ancla, muchacho.

Por culpa de esa raíz comprometida salen en su defensa La Machi y su Michi (dime quiénes te defienden y te diré quién eres), y el Minint (saca uñas inclusive), la División de Tanques (los que funcionan y los otros) de las Fuerzas Desalmadas, el cuerpo nacional de salvavidas de Guanabo, El Salado y la playita de 16, y las Malicias de Topos Territoriales. Lugar aparte ocupa la Uneac, o lo que queda de ella, que son Pedro de la Hoz y cuatro más, que utilizan un lenguaje que a Silvestre de Balboa y Troya de Quesada le daría vergüenza y repugnancia. El organismo casi vivo que reúne a artistas y escritores escribió en su nota: "los elementos anticubanos implicados en los hechos" de seguir "el guion fascista dictado por la secta plattista enquistada en el Sur de la Florida".

Desde que lo leí saqué turno con mi médico para ver si estoy enquistado en el Sur de La Florida, si soy plattista o fascista. Me levanto de madrugada para sacar la lengua ante el espejo y comprobar si se me ha enquistado algo o si se me quedó algún guion fascista entre los dientes. Y para seguir en el arrastre sin que haya extraordinarios, bastaría mostrar el lento rodamiento de Rojas por las losetas de la patria enarbolando ciertos mensajes de amor y de su hermandad con Carlos Lazo.

Según el más animado y hablador de este dúo de dos, “ahora lo que necesitamos es una economía robusta, conseguir sobreponernos al bloqueo, ser capaces de buscarle la vuelta, de tender puentes de amor, que la emigración comprenda que no es Cuba el obstáculo para convivir en felicidad...”

Lo malo de esa convivencia es que cuando preguntas por qué se está demorando la felicidad, se acercan dos bestias de la policía y te caen a toletazos, no hay peor invento que toletes con toletes, o toletes entoletados. La emigración debe comprender, y enviar dólares y medicinas, y comida, y cajas de compresas y comprensión, y alimentos comprendidos con comprensión, y recargar teléfonos para borrar incomprensiones.

Aparte de confesar que no saben que en la isla hay presos políticos casi desde la hora en que Fulgencio Batista se montó en aquel avión, los imagino desconectados del público mundial que quiere conectarse con la realidad cubana y no solamente con la situación de quienes adversan al gobierno. Sería más o menos así:

PÚBLICO: ¿Y ahora mismo en Cuba tenéis calor?

DÚO: Un calor horrible, por culpa del bloqueo.

PÚBLICO: ¿Y vuestras playas son hermosas?

DÚO: No, por culpa del bloqueo.

PÚBLICO: ¿Sois felices?

DÚO: No, por culpa del bloqueo.

PÚBLICO: ¿Y qué coméis?

DÚO: No, por culpa del bloqueo.

PÚBLICO: Entonces necesitáis alimentos.

DÚO: No, necesitamos que quiten el bloqueo.

PÚBLICO: Y entonces ¿Qué comen Díaz-Canel y Raúl Castro?

DÚO: Bloqueo.

Y así, subversivamente, regando por el mundo una verdad que no es verdad, y ni siquiera es su verdad, pero de tanto decirla, se la creen. Y hacen como que no ven, no oyen y no dicen. O dicen solamente lo que les dicen que dicen. Y en lugar de quedarse calladitos en casa, salen a ayudar a que los pretextos de esa dictadura que los mima y los pipa, incluso que los premia, se escuchen en el mundo mundial. Como si los nazis hubieran hecho una gira para negar que se mataran judíos en Auschwitz porque Europa les bloqueaba el gas.

Aunque allá, en su interior, que es como decir en las provincias del dúo, en sus entrañas, sospechen que hay gato encerrado y pollo por pescado, pero que hay que disimular o se les termina lo de salir a escuchar hablar con la zeta, y más ahora, cuando Cuba promete que pronto se va a discutir de pelota en ruso.

Ellos lo dicen, y uno no sabe si es de boca para afuera o de boca para adentro. Ni siquiera si realmente tienen boca o se las dibujaron en el comité central del PCC. Ahí están sus palabras: “nuestra relación con el gobierno cubano es de absoluta coexistencia, de respeto como debe ser, de cumplimiento de las normas y del contrato social que está establecido”.

Ojalá que los sigan queriendo dentro de la isla. Menos los que adversan al gobierno. Porque afuera cada vez son menos sus seguidores, es decir, los Buenafeísimos.