El artista cubano Hamlet Lavastida, desterrado por el régimen cubano la pasada semana a Polonia junto a su pareja, la escritora y activista Katherine Bisquet, identificó este domingo al teniente coronel del Ministerio del Interior (Minint) Francisco Miguel Estrada Portales como su principal represor durante los tres meses de encierro a los que estuvo sometido en Cuba.
“Este es el teniente coronel Francisco Estrada Portales, él estuvo a cargo de todos mis interrogatorios en los cuarteles generales del OEICDCSE (Órgano Especializado de Investigación Criminal de Delitos contra la Seguridad del Estado) localizados en Villa Marista”, escribió Lavastida en su perfil de Twitter para exponer al represor.
Estrada Portales es uno de los instructores “estrella” de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones (DGICO) del Minint. A su cargo han estado importantes investigaciones de actos subversivos, corrupción y delitos que el régimen considera estratégicos, como los ataques acústicos causantes del “síndrome de La Habana”.
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En octubre de 2017, se pudo ver al oficial en una transmisión de la televisión cubana, bajo control estatal, en el que alegaba que la investigación inicial realizada por funcionarios de Cuba sobre los presuntos “ataques acústicos” a diplomáticos estadounidenses no había hallado evidencias que corroboraran los hechos denunciados por Washington.
“Ésta es una investigación en pleno desarrollo, pero para que pueda llevarse a éxito es imprescindible la participación plena y responsable de las autoridades de Estados Unidos”, afirmó en ese entonces en el documental Estrada Portales, que calificó de “sospechoso” el hecho de que ningún funcionario estadounidense acudiera a los hospitales en Cuba ante la aparición de los síntomas.
Según reportó Diario de Cuba tras el estreno del documental, Estrada Portales también cuestionó que diplomáticos y sus familiares “realizaran viajes de recreo dentro de la isla mientras los episodios se estaban produciendo”.
Desde la perspectiva del oficial, eso demostraba falta de preocupación por la seguridad de las víctimas de los presuntos ataques.
El represor de Lavastida tuvo también a su cargo el expediente de investigación del chileno Max Marambio, condenado en ausencia por un tribunal cubano en 2011 a 20 años de cárcel por los delitos de “cohecho, actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación, malversación, falsificación de documentos bancarios y de comercio y estafa”.
Marambio, de 73 años, fue jefe de guardaespaldas del presidente chileno Salvador Allende y mantuvo durante años una relación cercana a Fidel y Raúl Castro, al punto de que investigaciones periodísticas lo definieron como uno de los testaferros de la fortuna del extinto dictador.
Los delitos por los que lo condenó Cuba los habría cometido en la gestión de la empresa de alimentos Río Zaza, de la que era socio y propietario paritario junto con el Estado cubano.
Años antes de investigar a Marambio, Estrada Portales participó en el caso del empresario argentino con nacionalidad mexicana Carlos Ahumada, detenido en la isla en 2004 tras un pedido de extradición de México y deportado a tierras aztecas en menos de un mes.
El oficial también ha sido vinculado a acciones represivas contra periodistas independientes, opositores y activistas durante años, como es el caso ahora de Lavastida. Algunas de sus víctimas en interrogatorios y detenciones lo refieren como poseedor de un buen nivel cultural y con dominio de información nacional e internacional, a diferencia de la mayoría de los policías y agentes represores del régimen.
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Lavastida cumplió tres meses de encierro arbitrario en la unidad emblemática de la Seguridad del Estado cubana, Villa Marista. Había regresado a Cuba de una residencia artística en Berlín, en la galería Künstlerhaus Bethanien, el 21 de junio, y tras el aislamiento sanitario establecido en Cuba para quienes lleguen del exterior fue detenido cinco días después.
El régimen informó que el artista había “estado incitando y convocando a la realización de acciones de desobediencia civil en la vía pública, utilizando las redes sociales y la influencia directa sobre otros elementos contrarrevolucionarios”.
Los cargos fueron desestimados por familiares y amigos del artista en tanto referían acciones que nunca se llegaron a concretar y que sólo buscaban manifestar oposición política a un régimen totalitario.
Según el testimonio de Bisquet, la excarcelación de Lavastida y el destierro de ambos a Polonia fue justificado por la Seguridad del Estado con la “racionalidad política”, a partir de lo inconveniente que le resultaba mantener al artista en prisión.
De 38 años, Lavastida es uno de los artistas cubanos más relevantes de su generación. La exhibición de sus obras está prohibida en las instituciones culturales del régimen por su contenido político y la frontalidad de sus críticas al castrismo.