“Que los médicos cubanos se queden en casa”, prefieren trabajadores de salud de Andorra

Ante una posible segunda ola de pandemia, profesionales de Andorra prefieren lejos a los médicos enviados por el castrismo. Refieren que los cubanos “no dominan la tecnología más avanzada utilizada en el hospital de Meritxell”, lo que generó “muchas complicaciones”
 

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Profesionales sanitarios del principado de Andorra no quieren que regrese el “refuerzo” cubano enviado por el régimen castrista hace unos meses, en los peores días de la lucha contra el coronavirus. Los europeos refieren que los caribeños, aunque tienen “gran dedicación”, están acostumbrados a “trabajar con un modelo diferente”.

Rechazan a la “misión médica cubana”, parte de un esquema de negocios multimillonario que beneficia a la dictadura, a pesar de que el personal andorrano está “al límite” luego de meses lidiando con la pandemia.

Según Diari d'Andorra, principal medio impreso de ese país, se comunicó con varios profesionales del Hospital de Meritxell que están conscientes “de que ante una segunda ola [del virus] necesitarán buenos profesionales, recursos humanos frente a una enfermedad que se comporta de manera muy diferente al resto”.

En ese escenario, los servicios vendidos por el castrismo son ineficientes. El medio citado asegura que sus fuentes entre enfermeros, doctores y auxiliares, de cara a una situación límite fueron muy claros: “Mejor que los médicos cubanos se queden en casa”.

En la nota se recalca que “la experiencia no fue satisfactoria con la brigada que vino a Andorra para apoyar, no por falta de deseo o ayuda, son buenos profesionales en su país, pero la forma de trabajar no es la misma”.

Refieren que los cubanos “están acostumbrados a trabajar con sus dispositivos y no dominan la tecnología más avanzada utilizada en el hospital de Meritxell”.

Durante los meses de la misión cubana hubo “muchas complicaciones para trabajar juntos”, y los europeos debieron emplear “mucha dedicación para explicar cómo funcionan algunas de las máquinas”, explicó Diari d'Andorra.

A finales de julio, la televisión castrista difundió un reportaje en el que destacó el trabajo realizado por la brigada enviada por el régimen a Andorra, pero no mencionó quejas por su inexperiencia, ni el hecho más controversial de la misión: la fuga de uno de los médicos más prominentes y una enfermera.

El contingente, compuesto por 12 médicos y 27 enfermeros, regresó a la isla y sus integrantes se incorporaron al sistema de salud local, según mostró el reportaje, que ocultó a la audiencia el escape del capitán Dariel Romero, médico militar especializado en anestesiología, junto con una enfermera, quien al parecer era su pareja.

Andorra no ha sido el único país desde donde se ha puesto en duda la capacidad de los médicos cubanos, publicitados como una mercancía por el régimen que los vende asegurando que son de primer nivel.

En Perú, el consejero regional de Moquegua, Luis Caya Salazar, reveló hace unos meses que de los 16 profesionales sanitarios de Cuba que mandaron a ese territorio, ninguno podía ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque no tienen la especialidad para tratar a estos pacientes críticos.

A inicios de junio, un vuelo de la Fuerza Aérea del Perú procedente de la isla caribeña llevó unos 85 médicos y enfermeros enviados por el régimen como parte de un lucrativo negocio del que poco se benefician los trabajadores de la salud de ambas naciones.

En el portal oficial El Puerto Noticias, el consejero regional de Moquegua, Caya Salazar denunció que en la delegación de médicos y contrario a lo prometido en los contratos, solo seis son doctores, de los cuales uno es internista y el resto médicos generales. Los demás son técnicos en enfermería y enfermeras.

“Ninguno de los mencionados tiene los conocimientos para entrar las UCI”, precisamente el punto crítico de la estrategia de lucha contra el coronavirus.

 

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