No sabemos si Cuba fue le país que creó las “listas de espera”, pero sin dudas es uno de los que más uso da a esa relación de nombres surgida de la escasez. Y no hablamos solo del tristemente célebre listado en el que los viajeros se ven obligados a anotarse, y esperar a que aparezca un autobús, si no de otro relacionado con la falta de equipos electrodomésticos.
En el poblado de Santo Domingo, provincia Villa Clara, comenzó una práctica que la prensa oficialista del territorio califica de “experiencia positiva”. La página web de Telecubanacán celebra que entre las medidas adoptadas “está la organización de las colas en las tiendas en MLC [moneda libremente convertible] por activistas de la comunidad, quienes realizan listados para la compra de equipos electrodomésticos”.
Según el medio de propaganda, esto “posibilita el acceso de mayor cantidad de personas, así como un número designado a los miembros de la Aclifim [Asociación Cubana de Limitados Físicos Motores], ANCi [Asociación Nacional del Ciego] y otras asociaciones de impedidos físicos”.
De manera que continuamos aferrados a listas de espera, para adquirir productos o servicios que en otros lugares del mundo no faltan y están al alcance de un click en la computadora o una aplicación móvil. Pero el periodismo oficial asegura que en Santo Domingo “la población reconoce el resultado de esta medida y felicita a las autoridades por ello”.
Tiendas MLC, espejo de desigualdad
Las tiendas estatales que venden solo en MLC, método ideado por el régimen para engrosar sus arcas de divisas (dólares y euros, principalmente), mientras mantiene desabastecidos casi todos los establecimientos que ofertan en pesos cubanos, supuso la constatación de la profunda desigualdad que ha provocado el castrismo.
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“(…) han venido a demostrar un mecanismo... bastante poco popular (pa llamarlo de un modo) y que sucedió de igual manera con muchos productos, pero de una forma enrevesada y velada: Primero se deprimió el mercado, luego se les desapareció totalmente. Luego se hicieron correr bolas... y finalmente aparecieron frescos y lozanos a un precio mucho mayor (recordar que los sueldos se han mantenido y el peso se ha devaluado "en la concreta" a mucho menos del 50% de su valor al inicio del reordenamiento) en las tiendas MLC. Es el mismo proceso de otras muchas cosas, pero ahora sencillamente expuesto”.
El artista apunta a la dolarización en aumento, a contrapelo de lo dicho en un primer momento por el régimen, que prometió que la medida sería coyuntural: “Y vuelve la pregunta de oro: ¿Todos esos productos 'marginados' exclusivamente al mercado MLC son por tanto exclusivos para los compatriotas con acceso a esa moneda? ¿De qué vale el sueldo estatal entonces? ¿Para mirar las vidrieras y las colas desde la guagua? Quienes diseñan... digamos... que ¿ninguno fuma? ¿Ni come?”
Toirac, conocido por su personaje televisivo Chivichana y por sus comentarios sociales en Facebook criticando la situación del país, concluyó bromeando conque, lo expuesto en el post, es “pa que se tenga en cuenta en 'otros asuntos' de algún 'orden del día' de alguna reunión con pastelitos, masarreales y refresco de piña: hay una pila de indios que no reciben divisa”.
La justificación del Estado para mantener las tiendas en MLC es que con lo recaudado se compra la leche en polvo de los niños, el petróleo de Venezuela y los componentes químicos para las medicinas: al menos eso repite la prensa vocera del Partido Comunista.
De acuerdo con el periódico Victoria, de la Isla de la Juventud, esos establecimientos comerciales, duramente criticados por los cubanos, debido a que ahondan la desigualdad y venden productos básicos en divisas y a precios exorbitantes, tienen un fin “positivo” y “superior”.
El Victoria asegura que las tiendas MLC no serán eternas, sino que son una medida de emergencia: “consecuencia de un momento muy tenso en que las entradas de divisas al país, por las vías convencionales, son extremadamente limitadas o han desaparecido de momento”.
Foto de portada: Tomada de Cuballama