"El Movimiento San Isidro es un pequeño paso hacia una conversación nacional"

Carlos Manuel Álvarez viajó desde Nueva York para unirse a la protesta de San Isidro. Ahora permanece junto a su familia en Cárdenas, su pueblo natal, pero vigilado por la Seguridad del Estado
Movimiento San Isidro
 

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El escritor y periodista Carlos Manuel Álvarez, actualmente junto a su familia en Cárdenas tras sumarse a la huelga del Movimiento San Isidro, consideró que el régimen cubano se ha debilitado, a pesar de que todavía quede mucho por hacer hasta su fin.

En una columna publicada este 7 de diciembre en The New York Times, Álvarez aseguró que el “régimen cubano no parece ya tan infranqueable. Aunque a corto plazo no hay que esperar nada del gobierno (…) hay señales valiosas que no se deben ignorar: el hecho de que muchos jóvenes habaneros se hayan convertido en ciudadanos por unas horas y que un ministerio recibiera a artistas que durante años se ha encargado de desprestigiar”.

“Son pasos que, si bien pequeños, deberían conducir a una conversación nacional. No con ningún actor secundario y escurridizo, como un ministro. Hay que exigir una reunión con el presidente Miguel Díaz-Canel”, agregó.

Según el periodista, el Movimiento San Isidro expresa el dolor de un país empobrecido, y esa pertenencia a la Cuba profunda se ve claramente en los alrededores del barrio que dio nombre al movimiento, uno de los más pobres de La Habana.

La víspera, el MSI decidió pronunciarse de manera conjunta para dar a conocer claramente las razones que llevaron a su protesta, así como sus visiones sobre todo lo que ésta ha generado en la isla.

“Sostenemos la necesidad de un cambio para Cuba a través de vías pacíficas. El centro de nuestra protesta continuó siendo la poesía, lo que nos congregaba al menos una vez al día y nos posibilitaba conectarnos con todo lo hermoso y cierto que ha experimentado la humanidad a través de los tiempos, una espiritualidad confluyente que nos envolvía, a algunos por primera vez”, declararon en un comunicado.

Las manifestaciones del Movimiento San Isidro comenzaron el 18 de noviembre, como medio para exigir la liberación del músico contestatario Denis Solís, injustamente encarcelado y sometido a un juicio sumario, sin garantías legales. Como respuesta, varios integrantes de la organización comenzaron una huelga de hambre.

Fuerzas del régimen irrumpieron violentamente el 26 de ese mismo mes en la sede del MSI con el propósito de poner fin a la manifestación y arrestaron a los opositores. Horas después ese mismo día fueron puestos en libertad, pero se les impidió regresar a la sede de Damas 955, en La Habana Vieja.

El desalojo provocó una protesta de varios artistas e intelectuales ante el Ministerio de Cultura a favor de más libertades y respeto a los movimientos opositores, tildada por algunos como demasiado conciliadora con el régimen y celebrada por otros por su contenido contestatario.

La protesta de San Isidro y el plantón ante el Mincult ha provocado revuelo en la comunidad cubana y la arena internacional. También reacciones del régimen, que organizó un acto paralelo con sus simpatizantes. El diálogo prometido al parecer nunca ocurrirá.

Una nota del Ministerio de Cultura reafirmó este 4 de diciembre que el régimen cubano nunca ha deseado dialogar con nadie, a excepción de sus seguidores más fieles, y deslegitima y ofende a quien alce su voz por encima de la suya.

Bajo el título “Rompen el diálogo quienes pidieron diálogo”, el castrismo puso sus condiciones draconianas para “dialogar” con artistas e intelectuales, prácticamente una camisa de fuerza, porque niega todo contacto futuro con disidentes abiertos, el Movimiento San Isidro y la prensa independiente.

El Ministerio de Cultura negó “toda legitimidad” al grupo de artistas que se reunió frente a su cede el 27 de noviembre y les arrancó una reunión hasta largas horas de la madrugada, en las que estuvieron presentes disidentes y se habló de la represión contra el Movimiento San Isidro.

 

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