La historiadora del arte y activista Anamely Ramos, una de los 15 que estuvieron acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro (MSI) durante días exigiendo la liberación de Denis Solís y el fin de la represión en Cuba, instó a los artistas e intelectuales del país a no ser cómplices de la dictadura en esta situación tan “extrema y agresiva”, en la que la vida de ella y sus compañeros, así como la de otros activistas, corre real peligro.
El pedido de Ramos es su respuesta al hecho de que varios de los miembros del llamado Grupo de los 30 o Grupo 27 de Noviembre, que se reunió con funcionarios culturales del régimen para abrir un canal de diálogo, han querido desmarcarse de cualquier relación con el MSI o elementos que pudieran responder a intereses foráneos, según alega una y otra vez la propaganda oficialista.
“Aunque no soy parte de esos 30, tengo entendido que habían hecho un nuevo comunicado con una nueva lista, que provocó reacciones de algunos diciendo que esos condicionamientos no se habían consultado con todos. Es normal, lo que me preocupa es que dentro de esos argumentos se habla de que el MSI o un grupo quiere capitalizar la agenda de los encuentros”, narró Ramos en una directa en Facebook, para de inmediato negar que el Movimiento al que pertenece pretenda capitalizar o dirigir algo.
“Quiero ser muy precisa: el MSI es mucho más de lo que era antes de que nos acuarteláramos. Es como una especie de impulso que nos lleva a todos para luchar por lo que queremos para Cuba. No tenemos una agenda política establecida de momento, no queremos imponer una agenda a nadie.
Los que expresan su descontento, sepan que no queremos representar a nadie. Lo que hicimos fue un grito por un amigo, un grito con nuestros cuerpos. Cuando los intelectuales cubanos comienzan a desmarcarse del grupo del cual participaron utilizando esos argumentos indirectamente está siendo cómplices de una situación muy peligrosa. Están siendo cómplices de lo que puedan hacer con nosotros”, subrayó.
Para la activista, detrás del rechazo al MSI de varios de los participantes en el plantón y la reunión en el Ministerio de Cultura pueden estar actuando “muchos prejuicios y mucha ignorancia”.
“Muchas veces para disimular o camuflar esa ignorancia utilizan este tipo de argumentos”, explicó, aunque desde su perspectiva, en una situación como la que están viviendo los miembros del MSI y otros del propio Grupo de los 30, “eso puede ser muy peligroso”.
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“El poder puede utilizar ese tipo de criterios, esas divisiones, para irle arriba a los que considera más peligrosos. Invito a esos intelectuales, a muchos de los cuales conozco, a contactarme, que me pregunten directamente y no hablen más desde la ignorancia, para que no usen juegos de palabras y chistes. Es una situación grave. Hoy me toca a mí, al MSI y a los 30, pero mañana le puede tocar a cualquiera”, concluyó Ramos.
Según advirtió, de momento no se están jugando el destino político del país nada más, o como primer elemento, sino su propia vida. Prueba de ello, expuso, es el hecho de que los 15 del MSI que se acuartelaron y e incluso muchos de los 30 del Mincult estén siendo sitiados y sometidos a amenazas constantes.