“Cantar una canción que no le agrada al gobierno o reportar las noticias de forma independiente son motivos suficientes para terminar preso en Cuba”, alertó este 30 de junio Human Rights Watch (HRW).
Según José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, “estos abusos no son incidentes aislados; más bien, parecen formar parte de un plan para silenciar de manera selectiva a voces críticas”.
En los últimos meses, las autoridades cubanas han encarcelado e investigado penalmente a varios artistas y periodistas que critican al gobierno. Entre estos se encuentra Hamlet Lavastida, detenido el 26 de junio sin razón aparente y encausado por el supuesto delito “instigación a delinquir”.
Activistas opositores denuncian la falsedad del proceso legal, pues viola el Código Penal cubano.
En otros casos, policías y agentes de inteligencia se han presentado regularmente en las viviendas de los opositores y les han ordenado quedarse adentro, a menudo por días o incluso semanas.
Entre ellos figuran la reportera Iliana Hernández, aunque también sufrieron limitación de movilidad el artista Luis Manuel Otero Alcántara, Tania Bruguera, entre otros. Esta práctica es común y afecta a decenas de personas.
Las autoridades también han restringido de forma temporal y selectiva el acceso a datos móviles en sus teléfonos para limitar su acceso a internet. Esta práctica se utiliza habitualmente para evitar comunicación entre ellos o denuncias en el espacio público.
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Entre febrero y junio, HRW entrevistó por teléfono a 29 periodistas y artistas que han sufrido acoso y violaciones de derechos humanos en los últimos meses. También examinó decisiones judiciales, publicaciones de organizaciones de derechos humanos e informes de prensa, y corroboró videos publicados en redes sociales.
La mayoría de las víctimas pertenecen al “Movimiento San Isidro”, una coalición de cantantes, pintores y otros artistas, y al “27N”, que se formó tras una protesta emblemática contra la censura y la represión que tuvo lugar el 27 de noviembre de 2020 en La Habana.
Muchos han sido estigmatizados con acusaciones falsas en la televisión nacional, a través del programa que conduce el vocero del régimen Humberto López, donde se los acusa de “conspirar” contra Cuba, asegura HRW.
Los abusos documentados siguen patrones consistentes y reiterados. Estos patrones sugieren que existe un plan por parte de las autoridades cubanas para reprimir selectivamente a artistas y periodistas independientes, subrayó el informe.