Castrochavismo convierte a Fuerzas Armadas en grupos delictivos que amenazan y someten, asegura politólogo

Los regímenes que oprimen Cuba, Venezuela y Nicaragua se mantienen en el poder por el uso de la fuerza y con la simulación de presentarse como gobiernos de estados cuya institucionalidad han reemplazado por un sistema delictivo y de impunidad
Nicolás Maduro y Vladimir Padrino (AP)
 

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El castrochavismo y los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, han suplantado el objeto y la lealtad de las Fuerzas Armadas e impostado el principio de subordinación al poder constitucional civil convirtiendo la “Institución Fundamental de la Patria” en grupos delictivos irregulares que en lugar de proteger al pueblo lo amenazan y someten, asegura el abogado y politólogo Carlos Sánchez Berzain.

“Así como la penetración del castrochavismo está fundada en la destrucción del sistema político por medio de la satanización y desprestigio de partidos y líderes políticos, su sistema de propaganda ha establecido la idea de paralización o  inacción de las Fuerzas Armadas frente a los atropellos a la Constitución y la destrucción de la democracia”, publicó en Infobae Sánchez Berzain, también director del Instituto Interamericano para la Democracia.

El experto precisa además en el artículo que las Fuerzas Armadas son parte esencial de la institucionalidad de la democracia porque en el marco el “estado de derecho” tienen la misión de la defensa de la soberanía y la seguridad nacionales.

“La subordinación de las Fuerzas Armadas es a la Constitución y la ley, no al gobierno y menos a un régimen”, subraya el reconocido politólogo.

Y añade: “La destrucción de la institucionalidad democrática de las Fuerzas Armadas aplicando el modelo castro/fascista de control y manipulación, es fundamental para dejar a los pueblos desprovistos de la protección, de defensa de la democracia y la soberanía”.

La exacerbación de las dictaduras militares que se dieron en América Latina en el siglo pasado, provocó que “el castrochavismo neutralizara y anulara las obligaciones constitucionales de las Fuerzas Armadas, las interveniera y destrozara su institucionalidad en los países donde ha instalado sus dictaduras”.

Las Fuerzas Armadas de Cuba, Venezuela y Nicaragua “no son instituciones nacionales, son instrumentos del régimen dictatorial para sostener a toda costa a los detentadores del poder.  No tienen ningún fundamento de institucionalidad ni de legalidad, están al margen del estado de derecho y han sido incorporadas como elementos activos de la delincuencia organizada trasnacional que es el castrochavismo. Son simples y peligrosos grupos armados del régimen que usurpan el rol fundamental de las Fuerzas Armadas de la Nación”.

Sánchez Berzain sostiene que en Cuba y Nicaragua, por el tiempo de penetración y la naturaleza de su implementación, “es improbable pero no imposible que entre los miembros de los grupos irregulares que se denominan Fuerzas Armadas existan militares de honor con sentido de su obligación a la Patria y no al régimen”.  Mientras que en Venezuela “es absolutamente seguro que en los niveles intermedios con formación democrática anterior al castrochavismo, existen militares en el sentido democrático y profesional del concepto, pero que están sometidos y controlados por la metodología de Cuba”. 

“Muchos de los verdaderos militares venezolanos yacen muertos, presos políticos, torturados y perseguidos por la usurpación criminal que ocupa su país”, agrega.

El director del Instituto Interamericano para la Democracia, alerta las democracias de las Américas que están bajo el acoso y la amenaza del castrochavismo. 

“Las Fuerzas Armadas institucionales, las de la democracia, del estado de derecho -las de verdad- son la última defensa de la libertad de los pueblos frente a la agresión de la delincuencia organizada transnacional que con disfraz de populismo, progresismo, izquierda, globalismo, antiimperialismo u otro, conspira para destrozar el sistema e instalar narcoestados”, concluye.  

 

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