Dictadura, dictadura, dictadura…

La dimensión de nuestro miedo es el mejor indicador de la dimensión de la represión. El miedo no habla tanto de la falta de coraje como del eficiente sistema represivo en que vivimos
Mónica Baro Sánchez
 

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¿Quién es responsable del silencio en una dictadura, los represores o los reprimidos? Esa pregunta viene a la cabeza de estudiosos de esos sistemas y ciudadanos comunes. La periodista cubana Mónica Baro Sánchez se preguntó lo mismo hoy y, aunque no lo dijo explícitamente, encontró la respuesta: ambos.

La dimensión de nuestro miedo es el mejor indicador de la dimensión de la represión. El miedo no habla tanto de la falta de coraje como del eficiente sistema represivo en que vivimos. Quienes ven las injusticias que se cometen en Cuba, en su patria, y no dicen nada, lo están diciendo todo con su silencio”.


Un sistema eficiente en conjurar la causa de los disensos y las rebeliones, en pacificar a los pueblos, no porque utilice la fuerza ni porque amenace en público –cosas que, como sabemos, también ocurren- sino porque ataca la raíz de la rebeldía: la libertad.

“Conozco a muy pocas personas que me han dicho que no tienen miedo de pensar, pensar distinto, y decir lo que piensan públicamente en Cuba. En mi casa todavía cuando voy a ver un video de algo o alguien que cuestiona al gobierno cubano me sorprendo bajando el volumen”, confesó Baro.  

En esa mortificación de la personalidad, que por ser esencia de lo individual, de lo propio esencial, es distinto y hasta enemigo de lo que desea el poder, yace el secreto del éxito. No hay peligro porque cada persona colabora en el mantenimiento del orden. Desde la niñez, todos entran a esa escuela y aprenden sus reglas secretas.

“Hace dos días me di cuenta de que nunca en ningún texto me había referido al gobierno cubano como una dictadura. Decirle al gobierno dictadura es como salir del clóset (…). Ahora escribo esto, cuatro míseras sílabas, y siento miedo. Un miedo hondísimo. A una palabra. Porque temo que esa palabra pueda ser más importante que yo misma”.

El miedo transforma a las personas; las convierte en enemigas de sus padres, de sus amigos y sus vecinos. Un hombre poseído por el miedo es capaz de delatar y matar. Un hombre atemorizado deja de ser lo que es; por eso Michel de Montaigne decía que “la verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo”.

Por eso el poder absoluto recurre al miedo: amedrentar es una manera de vencer sobre el libre albedrío y de convertir al ser humano en esclavo de sus pasiones. Es una manera de utilizar la sicología en provecho de la política, pero no todo está perdido.

“Mucha gente tiene miedo a expresarse con sinceridad, a decir lo que piensa y siente, pero también cada vez hay más gente que desobedece a ese tirano interno que es el miedo y se libera. Libres no son nada más que quienes viven sin miedo sino quienes no dejan que el miedo les domine”.

Hoy otros periodistas también se han manifestado contra la represión en Cuba. La periodista independiente Luz Escobar ha sido encerrada en su casa por tercera vez en las últimas dos semanas.

La víspera un agente de la Seguridad del Estado apostado en los bajos de su edificio le indicó no podía salir o acabaría arrestada. Escobar, que iba a comprar el pan con su hija pequeña, denunció en las redes sociales la prisión domiciliaria impuesta sin ningún tipo de proceso legal.

 

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