Diestra para dar tijera a lo que considera censurable, y lenta para poner en pantalla las películas “incómodas” para el poder político o para sus espectadores más mojigatos, la televisión cubana no deja de provocar polémica y burlas entre las audiencias.
Ahora le tocó al último largometraje de ficción de Quentin Tarantino, la celebrada Érase una vez en… Hollywood. Al parecer la violencia de la escena final fue mucha para los asesores-censores del estatal Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), que ante algo que no les gusta o piensan que les traerá problemas con sectores conservadores de los públicos, lo borran sin más.
Así sucedió con escenas eróticas de la serie Juego de Tronos y recientemente, antes de atacar a la cinta de Tarantino, también voló la tijera sobre un beso homosexual de la película Love, Simon.
Esa censura al mejor estilo del Macartismo, practicada también por el instituto de cine Icaic, ocasionó que activistas defensores de los derechos LGTBQ convocaran a una protesta frente a la sede de la institución en 23 y M, en el Vedado habanero.
Ahora con Érase una vez…, la polémica digital no se hizo esperar y como en cada caso, llovieron las críticas y el choteo de la entidad estatal.
La película del director norteamericano se emitió mutilada en el canal Multivisión, que pasa continuamente materiales de televisoras extranjeras, la mayoría “pirateados”, sin pago de derechos. Varios espectadores se percataron de la poda y lo denunciaron en redes sociales.
“Primero ponen una mala copia pirata (innecesaria) de la película, y además a las 12:50 de la noche le cortan la escena clima”, escribió en un post el director audiovisual Alejandro Gutiérrez.
Guitiérrez, que entre otros trabajos dirigió videos de Haydée Milanés y fue asistente de dirección en la exitosa Habanastation, denunció este lunes que “acaban de mutilar la escena final en la que los personajes principales enfrentan a los frikis en la casa de Rick Dalton”.
En la secuencia se recreó el asesinato real de Sharon Tate (Margot Robbie), esposa del cineasta Roman Polansky, que murió junto a varios amigos por mano de una secta de hippies seguidores de Charles Manson.
Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Margot Robbie protagonizan este filme en el que Tarantino vuelve a inventarse la historia a favor de su guion, como en aquella Malditos Bastardos, en la que Hitler era asesinado por una judía francesa. En esta ocasión es la historia del cine y la televisión de Hollywood la que relata según su imaginación, pero también un hecho verídico del verano de 1969.
“Si el fin del capitalismo es la reproducción del capital, el del ICRT es reproducir la censura como cumplimiento del plan quincenal y con una castidad judeocristiana”, consideró el televidente Ulises Padrón.
Acostumbrados a la vocación de censura de la televisión oficial, muchos usuarios pasaron a ridiculizar la acción del ICRT.
El escritor y crítico Norge Espinosa, quien consideró que “sin esa escena no hay película”, luego compartió un meme y no tardaron en llegar los comentarios a su publicación con otros chistes y críticas.
El director audiovisual Jonal Cosculluela, llamó la atención sobre que también se censuró en su momento la famosa Pulp fiction, también de Tarantino y ganadora de la Palma de Oro en Cannes.
A esta “igual le metieron con el hacha. Andaban justos de tiempo parece...”, dijo el cineasta.
Cuando el mes pasado censuraron Love, Simon, la televisión cubana ofreció disculpas y volvió a programar sin cortes la película. ¿Volveremos a ver el arte de Tarantino sin manipulación?
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