La amenaza este sábado al activista Jancel Moreno cantó la jugada. La Seguridad del Estado arremetería hoy con todas sus fuerzas, libres de las limitaciones que el respeto a los derechos humanos y las libertades individuales deben imponer, contra todos aquellos que quisieran participar en la besada frente al ICRT para protestar por la censura de un beso homosexual en la televisión.
Pues bien, desde horas antes de la besada, convocada para las 13:00 horas de este domingo, las fuerzas represivas del régimen empezaron a hacer de las suyas. Secuestraron a Moreno y se lo llevaron bien lejos del lugar de la convocatoria, para asegurarse de que no estuviera presente y reportara la manifestación.
En paralelo a tan vil acto, la TV Cubana ofreció disculpas por la censura del beso y anunció la retransmisión del filme Love, Simón, en el que una pareja homosexual ratifica su amor mediante un beso que alguien, sin indicación alguna según el ICRT, decidió cortar.
Con su comunicado, la televisión quiso desmarcarse de ser homofóbica, como muchos sostienen en redes sociales. Sin embargo, no es la primera vez que situaciones como ésta se producen. Lo que si es relativamente nuevo es que el pueblo se manifieste ante atropellos y maltratos evidentes.
Activistas LGTBI protestaron ayer contra el corte y planificaron una gran besada para hoy. A Moreno le amenazaron con que no pusiera un pie en el Vedado, pero en redes sociales advirtió que no le importaba le detuvieran. Asistiría a la besada y por su valentía fue metido en un carro, presumiblemente a la fuerza, y liberado muchos kilómetros después, lejos del punto de la reunión a la que el régimen no quería asistiese.
“Gente, a nuestro colega y activista Jancel Moreno lo ha detenido la Seguridad del Estado cuando intentaba llegar al Instituto Cubano de Radio y Televisión, y lo han llevado a un lugar bien lejos para impedir que llegue a la protesta. Esta captura de pantalla muestra el mensaje de Jancel. Solidaridad con nuestro amigo”.
Así denunció el secuestro temporal de Moreno el activista Isbel Díaz Torres, a quien el primero le comunicó, cuando fue liberado, que no sabía donde estaba, pero que no era en La Habana y casi no tenía señal de la red celular.
Ante el atropello, Isbel Díaz no aceptó de ninguna manera las disculpas de la TV Cuba, seguramente orientadas “desde arriba” para intentar aplacar a los indignados con la censura del beso, un hecho de mucho simbolismo que demuestra cuánto le falta avanzar al régimen en materia de tolerancia a la pluralidad sexual e identidades de género.
“¿Se van a disculpar también por secuestrar a Jancel Moreno?”, cuestionó Díaz, al tiempo que Maykel González Vivero, a quien amenazaron en Twitter con arresto domiciliario por cubrir la besada LGBTI en La Habana, exigió “una disculpa también por la mierda de detener a Jancel Moreno. A la 1 pm la esperamos en el ICRT”.