Tras una convulsa jornada, el Congreso estadounidense ratificó este jueves el resultado de las elecciones de noviembre, y el presidente saliente, Donald Trump, se comprometió con una “transición ordenada” del poder al mandatario electo, Joe Biden.
El Congreso que validó la victoria de Biden no era el mismo que se había reunido catorce horas antes para empezar a contar los votos electorales de cada estado en los comicios de noviembre, como demostraron los daños en la sede de la Cámara de Representantes.
Después de casi cuatro horas de irrupción de los simpatizantes de Trump, que marcharon hacia el Congreso para negar los resultados oficiales de las elecciones, los legisladores de ambos partidos consideraron importante retomar la misma noche del miércoles la sesión que interrumpió la inaudita protesta en Washington.
Pence confirma a Biden como ganador
“A quienes desataron hoy [miércoles] el caos en nuestro Capitolio: ustedes no han ganado. La violencia nunca gana”, dijo el vicepresidente saliente de Estados Unidos, Mike Pence, cuando se reanudó la sesión conjunta de ambas cámaras, a última hora del miércoles.
Más de siete horas después, la sesión concluyó con Pence, que durante los últimos cuatro años ha sido funcionario leal de Trump, declarando la derrota de ambos en las elecciones de noviembre, y la victoria de Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris.
“Este anuncio (...) debe considerarse una declaración suficiente de quiénes son las personas elegidas como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos”, afirmó Pence pasadas las 03:40 de la madrugada en Washington (08:40 GMT).
Trump promete una “transición ordenada”
Inmediatamente después, Trump distribuyó un comunicado en el que se comprometía a “una transición ordenada el 20 de enero”, cuando Biden asumirá el poder, aunque volvió a mostrarse “totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones”.
“Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaban los votos legales. ¡Aunque esto representa el fin del mejor primer mandato en la historia presidencial, solo es el comienzo de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo!”, añadió citando su lema electoral.
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La ratificación en el Congreso completó por fin un proceso electoral que comenzó el día de las elecciones y podía haber concluido cuando el Colegio Electoral -el órgano competente en este ámbito en EE.UU.- confirmó el triunfo de Biden, el pasado 14 de diciembre.
Sucesos en el Capitolio
La sesión en el legislativo estadounidense está prevista en la Constitución como un mero trámite ceremonial para corroborar que todos los estados han transmitido a Washington sus resultados en orden.
No obstante, Trump recurrió a sus aliados en el Congreso y al propio Pence para que interfirieran en la sesión.
Pence ya adelantó antes de que empezara el miércoles la reunión que no estaba dispuesto a hacerlo, marcando distancia con Trump a quien había guardado lealtad en todo momento, hasta entonces.
Un centenar de congresistas republicanos en la Cámara Baja y casi una decena de senadores sí se alinearon con Trump, y establecieron un debate sobre la posibilidad de no contabilizar el resultado de las elecciones en el estado clave de Arizona, que se le adjudicó a Biden.
Los legisladores estaban debatiendo sobre ese tema cuando se produjo el asalto al Capitolio, con el saldo hasta ahora de una persona muerta, y cuando volvieron al pleno seis horas después, siguieron discutiendo acerca del desafío a los resultados en Arizona, que finalmente fracasó en sendas votaciones en las dos cámaras.
Otra objeción similar en el caso de Pensilvania desató un debate de dos horas en el pleno de la Cámara Baja, pero finalmente también naufragó, como también ocurrió en el Senado.
La manifestación de los seguidores de Trump en el Capitolio disuadió al menos a tres senadores republicanos de seguir adelante con su plan de respaldar el desafío en varios estados clave, y nadie en la Cámara Alta presentó objeciones al resultado en Georgia, Michigan, Nevada o Wisconsin, como estaba previsto inicialmente.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, se había opuesto al intento de sus colegas de cuestionar el resultado de las elecciones en la sesión, y pidió desarrollar el proceso sin contratiempos después de la “insurrección fallida” en el Capitolio.
(Con información de EFE)