Luis Alberto Souto fue detenido por la Guardia Costera el pasado miércoles 26 de mayo y ahora enfrenta cargos de tráfico humano, por rescatar a ocho balseros cubanos que habían naufragado cerca de los cayos de la Florida.
Souto contó a Telemundo que estaba en su bote, cerca de Cayo Maratón, pescando con un amigo cuando descubrieron a estos balseros pidiendo ayuda. Se trataba de un grupo que había salido de la zona del Puerto del Mariel. La embarcación naufragó antes de llegar a los cayos y entre ellos había un niño de 5 años.
Lisandra Bermúdez, la esposa de Souto, aseguró que los cargos son infundados y que su esposo “no hizo nada malo”. Confiesa que lo más difícil es no tener respuesta para cuando su pequeño le pregunta por su padre.
Los balseros confirman la versión de Bermúdez y Souto: según dijeron, el hombre y su amigo —Nivaldo Galardo, que lo acompañaba en el viaje de placer— no los querían rescatar, pero se decidieron al ver al niño.
Según Luis Alberto, no habían pasado ni tres minutos cuando fueron interceptados. Dice que intentó explicar la situación, pero no lo escucharon.
Lisandra Bermúdez tenía previsto este jueves visitar varias oficinas de congresistas federales en busca de ayuda legal para el caso.
De acuerdo con la información proporcionada por los sobrevivientes, un grupo de 20 personas salió desde la zona del Puerto de Mariel el domingo 23 de mayo y la embarcación se volcó en la noche del miércoles 26.
Tras permanecer más de 12 horas a la deriva, la Guardia Costera rescató poco después del mediodía del jueves 27 a unas 16 millas al sur de Cayo Hueso a ocho personas vivas, dos cadáveres y se dio por desaparecidos a una decena de balseros.
De acuerdo con la información proporcionada por los sobrevivientes, el grupo zarpó desde la zona del Puerto de Mariel, en el occidente de Cuba, el pasado domingo y la embarcación se volcó el miércoles por la noche.
Al conocer la noticia, La Habana culpó al gobierno de Estados Unidos por la muerte de los balseros. Un artículo publicado en el periódico Granma y firmado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla expresó que “el cierre del Consulado de EE.UU. en La Habana, el traslado de sus servicios hacia terceros países y la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano de 1966 atentan contra una migración segura, ordenada y regular”.
Desde el 1 de octubre de 2020, la Guardia Costera ha interceptado a 183 cubanos que intentaban llegar a EE. UU. a través del Estrecho de la Florida, muchos más que todos los interceptados en el año fiscal 2020, cuando apenas sumaron 43.
Al incremento del número de balseros cubanos en el actual año fiscal contribuye la agudización de la crisis crónica de la isla.
Como consecuencia de la pandemia de coronavirus y la pérdida de los ingresos derivados del turismo, Cuba adolece una escasez de alimentos y productos de primera necesidad más severa de lo habitual.