"Sentí una alegría enorme": habla hija de balsera rescatada

Dos muertos, ocho sobrevivientes y 10 desaparecidos fue el saldo de un naufragio cerca de las costas de Florida el 28 de mayo, tragedia que el régimen cubano atribuyó a la política migratoria de EEUU hacia la isla.
 

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Daymara Pérez suspiró aliviada cuando supo que su madre, Teresa Fuentes, fue una de las balseras rescatadas tras el naufragio el 28 de mayo de una embarcación que había partido del Mariel, en Cuba. Otras 10 personas no corrieron la misma suerte.

En entrevista con América Noticias confesó que el 1 de junio pudo verla por primera vez tras cuatro días de hospitalización. “Al momento de verme se le aguaron los ojos y se echó a llorar”, comentó Daymara, quien sólo pudo verla por breves instantes debido a prescripción de los médicos.

El esposo de Teresa, Eduardo Pérez, también salvó la vida, pero fue devuelto a la isla el lunes y se encuentra en un centro de aislamiento, junto con los otros seis sobrevivientes agregó el reporte de América Noticias.

Teresa probablemente se quedará en EE. UU., pues un oficial de migración aseguró a su hija y a la cadena de televisión que había pasado la entrevista de miedo creíble, un paso obligatorio de los migrantes cubanos, quienes deben probar persecución política para pedir asilo en el país norteño.

La tragedia ocurrió en la madrugada del 27 de mayo en las cercanías de Key West. La embarcación donde viajaban unas 20 personas volcó en altamar y los náufragos permanecieron 12 horas a la deriva.

Dos muertos y 10 desaparecidos fue el saldo del triste suceso cuando la Guardia Costera decidió poner fin a las labores de rescate y salvamento, el 30 de mayo.

De acuerdo con la información proporcionada por los sobrevivientes, el grupo zarpó desde la zona del Puerto de Mariel, en el occidente de Cuba, el pasado domingo y la embarcación se volcó el miércoles por la noche. 

Durante un patrullaje rutinario, la tripulación del escampavías Resolute vio varias personas en el agua y rápidamente notificó a los vigilantes de la Estación Key West, quienes enviaron activos aéreos y marítimos para asistir en el rescate.

En las operaciones participaron efectivos y equipamiento de la Guardia Costera, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Aduana y Protección Fronteriza, y la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida.

Las búsquedas cubrieron aproximadamente 8 864 millas cuadradas, una superficie cercana al tamaño de Nuevo Hampshire, detalló la Guardia Costera en un comunicado oficial.

“La decisión de suspender una búsqueda siempre es difícil y se toma después de una cuidadosa consideración de todos los hechos. Nuestro más sentido pésame para las familias y seres queridos afectados por esta tragedia”, expresó el capitán Adam Chamie, comandante del sector Cayo Hueso.

Al conocer la noticia, La Habana culpó al gobierno de Estados Unidos por la muerte de los balseros. Un artículo publicado en el periódico Granma y firmado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla expresó que “el cierre del Consulado de EE.UU. en La Habana, el traslado de sus servicios hacia terceros países y la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano de 1966 atentan contra una migración segura, ordenada y regular”.

 

Crece migración por mar

 

Desde el 1 de octubre de 2020, la Guardia Costera ha interceptado a 183 cubanos que intentaban llegar a EE. UU. a través del Estrecho de la Florida, muchos más que todos los interceptados en el año fiscal 2020, cuando apenas sumaron 43.

“Hemos visto un aumento del 80 por ciento en la actividad migratoria desde enero, en relación con los últimos años”, aseguró Chamie en un comunicado previo respecto al aumento de cubanos que se lanzan al mar.

Tras la eliminación de la política de “pies secos, pies mojados”, los balseros cubanos no podrán legalizar su estatus migratorio fácilmente y tendrán que pasar por el proceso de cualquier migrante ilegal que llega a Estados Unidos.

Recientemente la Guardia Costera señaló que los balseros con temor a sufrir represión en Cuba pueden optar por asilarse políticamente en Estados Unidos y no ser deportados.

Estos migrantes deben comunicar su miedo a regresar a Cuba a los guardacostas y estos los pondrán en contacto con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, quien enviará a un oficial de migración a entrevistarle en la nave o lo hará vía telefónica.

“Los extranjeros que requieren protección contra la persecución o la tortura en su país de origen no son repatriados como parte de una política establecida hace mucho tiempo”, subrayó Radio Televisión Martí a raíz de las declaraciones de un portavoz del Séptimo Distrito de los guardacostas con sede en Miami.

Al incremento del número de balseros cubanos en el actual año fiscal contribuye la agudización de la crisis crónica de la isla.

Como consecuencia de la pandemia de coronavirus y la pérdida de los ingresos derivados del turismo, Cuba adolece una escasez de alimentos y productos de primera necesidad más severa de lo habitual.

 

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