Con calma y sin apuro podría ser la mejor definición para la reciente intervención hipócrita e indignante del mal llamado ministro de la Industria Alimentaria de Cuba (Minal), Manuel Sobrino Martínez. Era de esperar que su intervención no tendría otro carácter, porque si no quien donaría el 100 por ciento de la tripa para longaniza sería él, algo de lo que sí es consciente.
Según Manuel Sobrino, más del 70 por ciento de los productos alimenticios son para el beneficio de la población cubana, que es el objetivo fundamental del Minal; sin embargo, repitió incansablemente que la entidad está trabajando para potenciar la exportación, que solo representa el 1,5 por ciento del total que producen.
En su intervención, frente al edulcorado moderador Randy, pidió comprensión al pueblo revolucionario, que debe entender los sacrificios que hace su gobierno en medio de esta crisis económica “creada por el COVID, el bloqueo y otros agentes que imposibilitan el cumplimiento de los planes en pos de la población”.
Siguiendo esta línea, afirmó con orgullo que se ha aprobado un “programa de soberanía alimentaria y cultura nutricional que responde a objetivos de desarrollo sostenible fijados por organismos internacionales” y que está respaldado por un equipo de especialistas para garantizar la salud de la población.
Con un descaro despampanante, después de su derroche de mentiras y manipulaciones de datos, aseguró que el programa se ha concebido según los per cápita de alimentos que debe consumir un ser humano para su desarrollo normal (¿sabrá él lo que estaba diciendo?).
Insistió en que así son las normas que dictan los organismos internacionales, como si por mencionarlos solucionara el problema, y que él hambre en Cuba es por ley internacional.
Lea también
No obstante, confirmó que el pueblo siente un total y rotundo descontento cuando en todos los medios de comunicación del Estado se publica el sobre cumplimiento de los planes de producción, mientras que la realidad que vive el cubano es totalmente opuesta cuando se enfrenta a su vacío plato día a día.
Y como él sí tiene que poner su cara para seguir faltando el respeto a la audiencia advirtió que solo en la canasta básica el país gasta 1,6 millones diarios de dólares para garantizar seis productos: leche en polvo, pollo, trigo, harina de trigo, aceite y soya. Lo que supone un desafío enorme y que por esto es muy importante fomentar la exportación para poder cubrir esa parte de los costos que se subsidian para la canasta familiar.
Para ilustrarlo, dijo con aplomo que es por esta razón que los mariscos se exportan y el pueblo no puede por ahora consumirlos, porque entonces no habría liquidez para alimentarlo.
Pero me parece que ni por ahora ni mientras ese socialismo castrista exista el cubano podrá comer una cola de langosta sin que ello suponga delito, pues las estrategias planificadas para la soberanía alimentaria darían resultados en un plazo de uno a cinco años para lograr alcanzar los consumos per cápita de alimentos, para que la población no vaya directo a la desnutrición; pero bueno, “se está trabajando en aras de lograr la sostenibilidad”, otro tía Tata , como si no tuviéramos suficientes cuentos en 61 años de mentiras y promesas mal hechas y peores cumplidas.
Lea también
Es así como se han inventado una serie de “acciones fundamentales” que debe desarrollar la industria alimentaria para los próximos tiempos y que, según ellos, tendrá mucho impacto. Las siguientes 16 medidas son las que enfrentarán la crisis económica:
Una medida para la inversión extranjera, otra para la inocuidad, 10 para la diversificación de la producción, una para el uso y ahorro del agua, otra para los productos pesqueros para la exportación, y dos para el desarrollo de la actividad pesquera.
Además, pretenden asegurar los alimentos para la venta mayorista (Mercabal) para el sector privado y prestar servicio de exportación también al empresario privado. ¡¿Con qué?!
Cruciales son las 10 medidas para diversificar las producciones. Lo que significa sacar todo el provecho de los productos y subproductos que hoy existen en el país y así se depende menos de las importaciones.
El apoyo de la ciencia es crucial para enfrentar la crisis, según este hombre con lente de pollo, pues, entre otras cosas, propiciará nuevos productos a partir de subproductos cárnicos, sangre, suero lácteo, conservas de frutas y vegetales. Con estos resultados, el ministro cree que se podrá abastecer al pueblo.
Otros planes a muy medio y largo plazo son los que tienen que ver con los recursos pesqueros de la plataforma y la acuicultura. Claro, “en ciernes todavía por una serie de factores que impiden su desarrollo”.
Sin embargo, con gran júbilo el ministro destacó el trabajo meritorio sobre la recuperación de tripas de res y cerdo, muy actual en los países desarrollados y al que Cuba no tardará en emular, aunque por el momento solo han podido recuperar un 18 por ciento.
Otra acción de esas estrategias tan brillantes está relacionada con la recuperación de la soya, producto enriquecedor que garantiza los niveles nutricionales, de calidad, “son ricos” –dice el ministro con cinismo- y disminuye los costos, así como contribuye a sacar un 25 por ciento más de producción.
Y así siguió hablando sin parar y sin separarse de su hoja llena de mentiras presentes y futuras. No hay datos concretos, todo es una nebulosa, un a futuro como si estuvieras frente a una muy mala cartomántica.
Lea también
Mira Sobrino Martínez, ¿Por qué te empeñas en hablar en cantidad y no en valores? ¿Acaso será para ocultar que ese 1,5 por ciento de exportación en dólares es varias veces superior al 30 por ciento de la canasta básica?
Si sumas lo que se destina a turismo, tienda, exportación, comercio y gastronomía te darías cuenta que es mucho más que lo que dices garantizar en canasta básica, o sea, lo tuyo no es garantizar la comida sino el billete. Eso ha quedado claro. Sin tanta muela.
Dime: ¿qué descubrimiento has hecho ahora que en 61 años nadie vio? ¿Qué es mejor, vender la croqueta conformada y no en masa? ¿Que la gente también quiere comer langosta como tú y los jefes que te pusieron para que se las garantizaras? ¿Que si se cultivan los peces garantizas más su suministro?
Por favor, eso lo dan en la primaria, ¿usted fue a la escuela?
¿El problema de la pesca es por la falta de peces, el cambio climático, los ciclones o por la falta real de barcos porque ustedes no supieron mantener la flota pesquera?
Y si es así como dices Sobrino, entonces, ¿por qué no dejan pescar a los pescadores de comunidades costeras?
¿Por qué decomisan todo, incluyendo lo que pescan, a quien cogen regresando del mar? Solo por escribirle ya me sube la presión.
¿Ahora descubre que a la gallina ponedora que ha dejado de poner se le llama decrépita y se sacrifica? Deberían hacer lo mismo con los gallos decrépitos que mantienen a toda costa el control absoluto de todos los cubanos dentro y fuera de la isla. ¿Qué esperanza puede dar un alto dirigente encargado del alimento de un país cuando dice que comeremos gallinas decrépitas, croquetas de averigua qué, tripas de sabe Dios qué animal, o pescado de cultivo (cuando tengan alevines), y todo eso enriquecido con soya y MDM?
¡Decrépito, extendido con soya, MDM y conformado en una larga tripa hedionda está tu gobierno que pone al frente de la comida del pueblo a un incapaz ignorante como lo ha demostrado ser usted!
Y por favor Randy Alonso, deja de mover la cabeza y pon de acuerdo a tus invitados en cuál de ellos garantiza la leche de los niños porque solo en los últimos meses hemos visto que las recargas de Etecsa, las remesas de Fincimex, las ventas de las tiendas en MLC y las exportaciones del Minal nos han metido la misma GUAYABA. Siguen pensando que los cubanos somos TONTOS.
Si la masa de croqueta, el MDM, las tripas, la masa cárnica y el picadillo texturizado son subproductos, ¿quién se comió el producto? Sobrino, ya sabemos que nos toca el hueso, pero ¿dónde está la carne?