Líder de movimiento opositor cubano recibe golpiza en Santa Clara

El activista dijo que otros miembros de Juventud Despierta también fueron arrestados y golpeados.
Yoel Bravo
 

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El opositor cubano Yoel Bravo, líder del movimiento Juventud Despierta, recibió una golpiza por agentes del orden en Santa Clara cuando se disponía a protestar por el fallecimiento del joven Hansel Hernández, ultimado por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) la pasada semana.

En declaraciones a Radio Televisión Martí, el activista dijo que otros miembros de Juventud Despierta también fueron arrestados y golpeados. “Fui tirado al piso, esposado por los oficiales de la Seguridad del Estado y trasladado a la unidad policial conocida por UPOC, donde me golpearon en la cabeza con un casco de moto por el pómulo”.

“Me tuvieron que llevar al hospital, pero el médico que me atendió se negó a darme un certificado de lesiones”, precisó.

Las autoridades también usaron la violencia contra otros opositores detenidos. “Los sometieron a golpizas y luego los mantuvieron muchas horas al sol como una forma de tortura”, aseguró Bravo.

En las últimas semanas el movimiento Juventud Despierta ha estado saliendo a las calles de Santa Clara a pedirle a los militares que no se sumen a reprimir a la población y "se pongan del lado correcto de la historia", agregó el activista.

A criterio de Bravo, esa también es la razón por la que se ha intensificado la represión contra el movimiento opositor, según explicó en un video publicado en su canal de YouTube.

El joven negro Hansel Hernández fue ultimado el 24 de junio en el municipio habanero de Guanabacoa, durante un altercado con la Policía. Uno de los agentes le disparó por la espalda.

Activistas, intelectuales y periodistas rápidamente criticaron el suceso al propagarse la noticia por redes sociales, debido a la forma artera en que murió Hernández. En medio de las protestas por la desigualdad racial en Estados Unidos, su muerte recordó que el racismo también es real en Cuba.

El gobierno dio su versión de los hechos en una nota escueta publicada por medios oficiales, pero todo parece indicar que no investigará el asesinato. De hecho, voceros del régimen trataron de legitimarlo y denigrar la figura del joven, llamándolo delincuente y haciendo ver que su muerte estaba justificada. Analistas consideran que fue una campaña promovida por el gobierno de forma solapada.

La sociedad civil convocó a una marcha de protesta el 30 de junio, pero el régimen la desbarató haciendo arrestos preventivos. Varios periodistas y opositores fueron encarcelados o advertidos de que lo serían si salían a la calle. Muchos denunciaron la presencia de patrullas frente a sus casas.

 

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