A partir del 10 de febrero los habaneros solo podrán comprar en su municipio de residencia, como parte de las medidas dictaminadas por el régimen para frenar el avance de la pandemia en la capital cubana.
Desde el mañana miércoles cada ciudadano deberá enseñar su carné de identidad o autorizo en las tiendas.
Esta disposición atará de manos a los habaneros en su búsqueda diaria de alimentos, debido a la escasez que vive la isla. En septiembre último el Estado implementó esta medida con el fin de evitar la propagación del virus.
Así se informó en la reunión diaria del Consejo de Defensa Provincial (CDP). Según el medio estatal Tribuna de La Habana esta decisión fue consultada con el Grupo Temporal Nacional de Enfrentamiento a la COVID-19.
“En la capital se retomará el sistema de compras en las tiendas Caribe, CIMEX, Caracol, Trimagen, mercados industriales e Ideales, exclusivamente, en el municipio de residencia”, resaltó el diario oficialista.
Solo escapan de esta regulación los mercados agropecuarios y las tiendas en Moneda Libremente Convertible, donde podrán no existe la regulación por municipio.
Las tiendas enmarcadas entre dos municipios podrán atender a los residentes de ambos territorios.
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Un documento expuesto en el encuentro explica que “para aquellos casos excepcionales que viven en un municipio y su carnet de identidad no lo acredita como tal, los Consejo de Defensa Municipales (CDM) emitirán una Tarjeta de Uso temporal, la que se entregará por núcleo familiar, debiendo expresar la dirección del mismo. Los casos que requieran más de una tarjeta por núcleo serán evaluados puntualmente y los CDM estarán facultados para ello. El proceso de entrega se organizará a nivel de Consejo Popular”.
“En el caso de los extranjeros con residencia permanente en el país podrán comprar en todos los municipios, así como otras categorías de personas cuyo documento de identidad oficial no contiene la dirección de residencia” se informó.
Un total de 154 puntos de venta recibirán las mercancías como mínimo una vez por semana; aunque la practica en otras provincias indica que el desabastecimiento prima en estos establecimientos.
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El horario de ventas se mantiene de lunes a sábado de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. y los domingos de 9:00 a.m. a 1:00 p.m. como se ha orientado para esta etapa.
Su adopción ya es noticia para quienes deben implementarla como “intendentes municipales, jefes de grupos de Lucha Contra Coleros (LCC), las direcciones de las cadenas de tiendas y demás organismos que intervienen en el comercio de productos de alta demanda”, señaló Tribuna.
Las colas en los puntos de venta serán fuertemente vigiladas y controladas por el régimen para lograr el distanciamiento social, el control de la extensión de las mismas y “luchar contra las ilegalidades”.