Colas multitudinarias, que comienzan un día antes y se extienden toda la madrugada, deben soportar los holguineros para adquirir un pasaporte en las Oficinas de Trámites de Identificación, Inmigración y Extranjería (OTIIE).
Según CubaNet, la política de los organizadores de la fila es inclemente: quien no responde al llamado es tachado de la lista y, si aparece a destiempo, debe volver al final y comenzar de nuevo.
Mientras tanto, los negociantes acumulan turnos que después venderán entre 250 y 300 pesos, en dependencia del lugar que ocupen en la cola.
“Voy a iniciar el trámite del pasaporte para irme de este país que no avanza. Aquí padecemos necesidades de todo tipo. Vivimos muy mal y yo quiero darle un futuro mejor a mi familia”, dijo a CubaNet un joven que se identifica como Rubén.
Según el citado medio, el número de personas que, mes tras mes, intentan obtener un pasaporte para salir del país no deja de crecer.
“Es mejor intentarlo que seguir viviendo en esta miseria. Seis personas de mi cuadra ya entraron a Estados Unidos y hay otros que han puesto en venta sus casas para irse también”, declaró uno de los cubanos en la cola.
Según las estadísticas de EE. UU. —las autoridades cubanas son herméticas al respecto—, más de 140 000 cubanos ingresaron a territorio norteamericano durante los primeros ocho meses del actual año fiscal, que comenzó el pasado mes de octubre, en una de las peores crisis migratorias del país.
Esta cifra supera con amplitud al éxodo del Mariel de 1980, cuando en apenas siete meses arribaron unas 125 000 personas. En los 16 meses que lleva Joe Biden en la presidencia, han entrado al país 171 80 migrantes cubanos, la mayor cantidad en toda la historia.
La frontera sur continúa siendo el principal punto de entrada irregular de cubanos a territorio estadounidense, con 139 090 del total, y unos 25 348 en mayo.
Por otro lado, cerca de 2500 cubanos han sido detenidos por las autoridades estadounidenses desde octubre pasado en su intento de emigrar ilegalmente por mar, según reportes de la Guardia Costera.
La llegada de cubanos a Estados Unidos se había desacelerado a partir del 12 de enero de 2017, cuando el presidente Barack Obama anunció el cese de la política de “pies secos, pies mojados”, pero la crisis económica en la isla desató una oleada migratoria de grandes proporciones.
A raíz de la crisis, representantes de la administración Biden y el gobierno de Miguel Díaz-Canel decidieron entablar negociaciones migratorias en Washington el 21 de abril.