Rosa María y Omara, “verdaderas mambisas de este siglo”

Imágenes que muestran a ambas activistas juntas han provocado centenares de comentarios de elogio y reconocimiento a su labor por una Cuba democrática y plural
Omara Ruiz Urquiola y Rosa María Payá. Foto: Facebook
 

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“Sin duda, las Marianas Grajales de estos tiempos. Ustedes sí son las verdaderas mambisas y patriotas de este siglo. Mis respetos para las dos. Las admiro”, fueron las palabras con las que Yorkiel Pérez Riverón comentó un post en Facebook de Omara Ruiz Urquiola en el que se le veía en la Florida junto a Rosa María Payá.

Las palabras de Pérez, uno de los más de 200 usuarios de la referida red social que comentó las imágenes, no pudieron ser más certeras. Ambas activistas han destacado por su valentía y determinación en el enfrentamiento al régimen cubano y sus prácticas violatorias a los derechos humanos, y ninguna ha cejado en su empeño pese a los contratiempos y la represión en su contra.

Como la madre de los Maceo en el siglo XIX, Rosa María y Omara han puesto el destino de Cuba por encima de intereses personales, bienestar familiar y salud.

Omara, expulsada de su puesto como profesora en el Instituto Superior de Diseño Industrial por su ideología y activismo, aseveró en Facebook que Rosa María es una amiga con la que comparte su única obsesión: Cuba.

Una obsesión que la llevó a acuartelarse en San Isidro durante días en noviembre pasado para exigir la liberación del rapero Denis Solís y el cese de la represión por motivos políticos en el país, y que la ha consagrado como una de las voces más activas, lúcidas y fuertes en la condena pública a un régimen dictatorial que pretende venderse como “humanista” y al que le cuesta reconocerse como lo que es.

El precio pagado no ha sido poco. La cubana ha sufrido desde arrestos domiciliarios hasta maltratos físicos, mientras ha tenido que soportar que utilicen su tratamiento contra el cáncer que padece como baza para intentar que se aparte de su lucha.

Por su parte, Rosa debió sobreponerse a la muerte bajo extrañísimas circunstancias de su padre para retomar la lucha que llevaba y cuyo objetivo, una Cuba democrática y libre de dictadores, no pudo ver concluida.

Ha sabido llenar el vacío dejado por el irreductible y único Oswaldo, ese que incluso bajo las propias leyes de la dictadura fue capaz de asustar a la cúpula con un proyecto de iniciativa popular legislativa para la apertura democrática en la isla.

Como presidenta de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia y miembro de la campaña Cuba Decide, Rosa María ha dedicado sus días a exhibir todas las carencias democráticas de la dictadura castrista, lo cual ha hecho en importantes instancias y eventos internacionales.

“Cubanas valerosas”, “mujeres valientes” y “dignas cubanas” son sólo algunos de las calificativos que muchos confieren tanto a Rosa María como a Omara al verlas juntas. “Pasarán a la historia de Cuba como dos guerreras incansables”, opina un usuario identificado como Wilson Arteaga, mientras que otro, Yuri Puente, concluye que la obsesión que las une es la misma “de todos quienes somos hijos de la misma patria”.

 

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