Karla Pérez vuelve a ponerle rostro a la represión en Cuba

La joven periodista reveló la identidad del agente de la Seguridad del Estado que la torturó psicológicamente años atrás, cuando apenas tenía 18 años y fue expulsada por razones ideológicas de sus estudios universitarios
Yoandy Riverón, represor de Karla Pérez
 

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La joven periodista Karla Pérez, solicitante de refugio político en Costa Rica tras el destierro político al que la forzó el régimen cubano, puso rostro a la represión de la isla al revelar la identidad del agente de la Seguridad del Estado que la torturó psicológicamente años atrás, cuando apenas tenía 18 años y fue expulsada arbitrariamente, por razones ideológicas, de sus estudios universitarios.

“Ya este ejercicio lo he hecho varias veces porque el miedo a mí se me quitó hace cuatro años. Denuncio públicamente a Yoandy Riverón, agente de la Seguridad del Estado que me interrogó durante meses en la Universidad Central Marta Abreu de La Villas (UCLV), cuando yo tenía apenas 18 años”, escribió Pérez en sus redes sociales, donde compartió además una foto y el perfil en Facebook de su agresor

“No soy ninguna delincuente ni criminal común como él me dijo que me tratarían”, agregó la periodista, editora y reportera de ADN Cuba.

Según explicó, procedería también a eliminar de sus amistades en Facebook a cuatro mujeres que eran amigas en esa red social de Riverón, quien le torturó psicológicamente mientras ella estudiaba periodismo en la UCLV.

Un destierro explícitamente político

La negativa del régimen a que Pérez ingresase a Cuba constituyó un destierro explícitamente político y así lo demostró su propia Cancillería en la conferencia de prensa que dio el 19 de marzo para intentar justificar lo acontecido.

En su explicación, la directora de Comunicación e Imagen de la entidad, Yaira Jiménez Roig, recurrió a calificativos y aseveraciones relacionadas con la oposición política de Pérez al gobierno de la isla para explicar por qué se le impidió ingresar al país y en ningún momento refirió incumplimiento de algún requisito legal por parte de la joven.

Desde el punto de vista de la funcionaria y el sistema político al que representa –que niega su naturaleza dictatorial y gusta de definirse como una democracia-, negarle la entrada a una ciudadana cubana que no comulgue con el régimen es un acto de legítima defensa.

“En Cuba existen, como en todos los países, leyes migratorias que establecen regulaciones en el marco legal y que rigen la acción de las autoridades migratorias. Tenemos el mismo derecho que cualquier otro país a defendernos”, aseveró, al tiempo que condenó la cobertura mediática al destierro, calificándola de un “show anticubano”.

Días después de que se le prohibiese el ingreso a Cuba, Pérez agradeció todas las muestras de apoyo y solidaridad recibidas, las cuales le hacen saber que no está sola.

“Llevo días de Apátrida, en ese lugar triste me han colocado a la fuerza. Pero no estoy sola”, escribió en su perfil de Facebook.

“Quiero agradecer primero a Costa Rica, el gran país que ha sido mi casa durante los últimos cuatro años y, sin ninguna obligación, ha realizado un enorme acto de humanidad. Quiero agradecerles a ustedes por sus mensajes, sus denuncias, su acompañamiento”, agregó.

 

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