Karla Pérez: a la espera de aprobación de refugio en Costa Rica

La joven tiene en sus manos un documento provisional que asegura su estancia legal en Costa Rica, a la que considera ahora su patria de adopción. Confirmó a ADN Cuba su agradecimiento por el trato recibido en ese país.
 

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La periodista cubana Karla María Pérez, quien quedó varada en Panamá luego de que el gobierno cubano le impidiera entrar a su país, tiene en sus manos el carnet que la acredita como solicitante de refugio político.

En comunicación con ADN Cuba, la joven de 22 años aseguró que acaba de presentar pruebas documentales ante las autoridades del país centroamericano y dio su testimonio sobre las injusticias que se cometieron contra ella y por qué solicita la ayuda del Estado costarricense.

El documento actual es provisional, pero le permite permanecer legalmente en el país hasta que reciba resolución favorable.

Pérez agradeció el trato recibido por los funcionarios y, en general, por el Estado costarricense, un país que ahora considera como su patria de adopción, tras llegar ayer en la noche procedente de Panamá, donde había hecho escala para aterrizar en La Habana.

Tras concluir sus estudios en la Universidad Latina de Costa Rica, Pérez había planificado volver a la isla para reunirse con su familia y seguir realizando su labor de reportera y como editora de ADN Cuba.

Pero en el aeropuerto de Tocumen, —escala antes de aterrizar en La Habana—, mediante un audio enviado a los directivos de Copa Airlines, un funcionario del régimen advirtió a la aerolínea que la joven de 22 años no podía regresar a Cuba.

“Luego de varias horas de incertidumbre en Panamá, me comunicaron las autoridades de migración panameñas que yo sí podría abordar el vuelo de regreso a Costa Rica y llegué aproximadamente a las 9 y media de la noche”, dice a ADN Cuba.

“Ya me estaban esperando el director de la unidad de Refugio de Costa Rica y otras autoridades del país, para atender mi caso. Consideraron que se trataba de un tema urgente, un tema humanitario”, cuenta este viernes, algo más calmada luego de un día que define como “pesadilla”.

Inmediatamente que se bajó del avión, comenzó los trámites para la solicitud de refugio. “Era la opción que me quedaba aquí, yo clasificaba para ese trámite: además de mi expulsión hace 4 años de la universidad [cubana], ayer la Seguridad del Estado y el régimen cubano escalaron a un paso superior y me desterraron de mi país”.

La joven refiere que ayer “prácticamente era una apátrida, no tenía hacia donde ir”, por lo que está “muy agradecida con las autoridades de Costa Rica”.

“Se hizo el proceso rápidamente, en unas oficinas del aeropuerto Abel Santamaría de San José, y ya soy formalmente solicitante de refugio aquí”, explica.

Entrevistada por medios locales e internacionales a su regreso a Costa Rica. Foto: ADN Cuba


Este viernes, Karla Pérez se presenta ante las oficinas de Migración para una entrevista, donde explique con más detalle la persecución contra ella y por qué tiene necesidad de pedir refugio, además de “presentar pruebas documentales”.

“Esperamos avanzar lo más posible en la entrevista, si no, habrá otros encuentros con las autoridades de aquí, y después se reúne una comisión institucional para decidir si se me otorga o no el refugio”.

Aclara que “desde hoy estoy en un estatus legal en Costa Rica. Me entregan una cédula, un carnet, de solicitante de refugio”.

La joven pudo conversar con su familia en Cuba. “Ha sido una pesadilla, me decía mi mamá. No lo podemos creer todavía, estamos procesándolo. Pero no vamos a darle el gusto al régimen cubano”, afirma.

“Vamos hacia delante y ahora nuestro objetivo principal, y mi prioridad, es que nos reunamos donde sea, ya que no puede ser en Cuba. Ojalá reunirnos aquí”.

Reconoce que están “tristes, pero hay que avanzar, hay que ser pragmáticos y avanzar hacia esa reunificación familiar ya que no los veo hace 4 años”.

Karla Pérez declaró a ADN Cuba que, hasta la mañana de este viernes, no había tenido ningún contacto con la Cancillería ni diplomáticos cubanos, nadie intentó explicarle la situación.

“Solo tengo el recuerdo de aquel audio informal de ayer, que no se me sale de la cabeza cuando ese funcionario de migración, sin identificar, desde Cuba dijo: 'Karla (así, sin apellidos) tiene prohibida la entrada a Cuba'”.

Critica que fue un proceder “muy informal”. “No me lo dijo a mí directamente, si no a un funcionario de Copa Airlines, quien me puso ese audio. Fuera de ahí no he tenido ningún contacto con las autoridades de Cuba”, asegura.

 

Frontera cerrada

 

Contradictoriamente, el mismo régimen que le vetó regresar a su país, la hizo pagar todo tipo de requisitos, antes de dejarla varada.

“Como sabemos los cubanos, para entrar a nuestro país luego de años, hay que pasar un proceso de ciertos trámites, en los que hay que ir avanzando para poder legar a montarse en ese avión. Y yo durante el último año estuve en eso, incluso en la embajada de Cuba en Costa Rica pagué unos 200 dólares de prórroga a finales de agosto, y no tuve ningún problema ni advertencia”, explicó a este medio.

La prohibición contra Karla Pérez no estaba relacionada con algún trámite mal hecho por la joven: su pasaporte estaba en regla; llevaba el resultado negativo de una prueba PCR, como exigen las autoridades cubanas.

Incluso, le habían hecho pagar el aislamiento en uno de los hoteles, donde pasaría el período de cuarentena requerido antes de ingresar plenamente en el país.

Karla Pérez ingresó a la nación centroamericana por primera vez en mayo del 2017. Fue gracias a una propuesta del diario El Mundo para realizar una pasantía permanente, que le permitió finalizar sus estudios universitarios, tras ser expulsada de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (Villa Clara, Cuba) por colaborar con el blog del grupo disidente Somos+, aborrecido por el castrismo como toda organización contestataria.

Jorge Luis Pérez Posada, padre de la periodista habló con ADN Cuba sobre la situación de su hija, a la que no la abrazan hace cuatro años: “Estamos aquí todos destrozados con la noticia de que Karla no pudo venir porque la pararon el vuelo en Panamá”.

“Se podrán imaginar toda la situación. Todo el mundo esperándola aquí, después de cuatro años lejos de nosotros. Pensamos que después de la expulsión de la Universidad, pensamos que no fueran capaces de hacer tanto (…) Cuatro años sin venir a Cuba, sin ver a su país, porque ella es cubana (…) Han acabado con la vida de una persona, han acabado con su familia”, denunció el padre desde su hogar en Cienfuegos.

 

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