Abdala, uno de los “candidatos vacunales” desarrollados en Cuba contra la COVID-19, tendría una eficacia del 92,28%, informaron este lunes en los medios estatales de la isla.
El fármaco, creado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), mostró ese nivel de eficacia en los primeros análisis de la tercera y última fase de ensayos clínicos, según directivos de la empresa.
El dato fue anunciado, sin más detalles, en el programa oficialista Mesa Redonda de la televisión estatal, reportó EFE.
Abdala es una de las cinco fórmulas contra el SARS-CoV-2 que se investigan en Cuba. Es una aspirante a vacuna de subunidad basada en el sitio de unión al receptor (RBD) de la proteína S del virus, y tiene un esquema de aplicación de tres dosis administradas con 14 días de diferencia.
La periodista de la presidencia del régimen cubano, Leticia Martínez, aseguró en sus redes sociales que la Dra. Marta Ayala Ávila, directora general del CIGB, informó directamente al mandatario castrista Miguel Díaz-Canel Bermúdez que la eficacia de Abdala es de “de 92.28% en su esquema de 3 dosis”.
Según el medio oficialista Cubadebate, con este resultado se realizará la solicitud de Autorizo de Uso de Emergencia, al Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
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El 7 de diciembre comenzó el estudio clínico de Abdala, que en fase I se probó con 132 sujetos de entre 19 y 54 años. Ahí se estudió la seguridad y la inmunogenicidad. En el fase II (660 voluntarios), se amplió hasta los 80 años, una vez que se demostraron los datos de seguridad del candidato vacunal. En el fase III (48 290 voluntarios), se estudió, además de la seguridad y la inmunogenicidad, la eficacia, refiere Cubadebate.
Soberana 02 por encima del 60%, según comité científico cubano
Este domingo se anunció que un comité científico cubano concluyó de manera preliminar que el candidato vacunal Soberana 02, en su esquema de dos dosis, tiene un 62% de eficacia, cifra que supera el 50% establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que una iniciativa de este tipo contra la COVID-19 se convierta en vacuna.
Tal resultado, avalado por un comité que el oficialismo asegura es “independiente”, podría ser mayor cuando se conozca la eficacia de la combinación de las dosis de Soberana 02 con Soberana Plus, la formulación adicional que ha desarrollado el Instituto Finlay de Vacunas (IFV) junto a otras instituciones científicas de la isla.
Pese al anuncio de lo que sería un importante logro científico para el régimen, el uso de emergencia de la Soberana 02 aún no ha sido autorizado por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), la entidad reguladora de Cuba en la materia.
El director adjunto del Finlay, Yuri Valdés Balbín, anunció que en los próximos días se presentará a dicha autoridad la solicitud de Autorizo del Uso de Emergencia, según detalló el oficialista Cubadebate.
Vicente Vérez Bencomo, director del IFV, precisó en la televisión estatal que el porcentaje de eficacia se obtuvo a partir del análisis intermedio de los resultados en los voluntarios a los que se les aplicaron dos dosis de Soberana 02 con 28 días de diferencia.
“Estos resultados se han obtenido a partir de un análisis total de casos sintomáticos que han permitido medir la eficacia con segunda dosis de 62 casos sintomáticos en el grupo placebo”, explicó el funcionario.
“En los dos grupos vacunados con dos dosis (uno se queda en dos dosis y el otro sigue a la tercera) tuvimos 23 y 26 casos, respectivamente. Esos números son los que dan como cálculo la eficacia de un 62 por ciento”, agregó.
Para Vérez, el resultado, aunque preliminar o intermedio, es “muy reconfortante” porque “se obtuvo en un escenario de circulación de cepas mutantes”.
Sobre el comité “independiente” que determinó la eficacia preliminar de Soberana 02, Dagmar García Rivera, directora de investigaciones del IFV, comentó ante la prensa que está integrado por especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, el Centro de Inmunología Molecular y el Ministerio de Salud Pública, y que reúne a clínicos, epidemiólogos y estadísticos “con la capacidad técnica de analizar la información que proviene de la base de datos”.