El riego de cloro en algunas de las más concurridas calles de La Habana ha regresado. Las autoridades del régimen en la capital intentan, con esta y otras medidas, frenar la nueva ola de coronavirus en Cuba, que ha golpeado con particular fuerza la ciudad más importante de la isla.
La Habana se encuentra en la fase de “transmisión autóctona limitada”. Su situación epidemiológica es muy compleja y “se puede tensar aún más en los próximos días por el aumento de los casos”, según reportó el medio oficialista Cubadebate, sobre una reunión de las autoridades provinciales.
Este portal de noticias del Partido Comunista, asegura que la desinfección con agua clorada de la céntrica avenida 23, es “una acción efectiva para inactivar los virus en las superficies”.
El rebrote ha obligado a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios, entre ellas La Habana, que, por sus características sociodemográficas, ha sido el territorio de mayor complejidad para el control de la propagación de la enfermedad viral durante la mayor parte de los últimos 10 meses.
La Habana fue regresada el 11 de enero a la fase de transmisión autóctona limitada, la cual implica implementar medidas más rigurosas y restrictivas, entre ellas la paralización del curso escolar, el cierre de establecimientos de servicios, limitaciones al transporte público en horario nocturno y fuertes multas a los infractores de las medidas con las que el régimen pretende cortar los rebrotes.
De los 4 641 casos confirmados y activos de la COVID-19 en Cuba hasta este domingo, 468, el 10 por ciento, son bebés en el período de lactancia según datos ofrecidos por el director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap) de la isla, doctor Francisco Durán.
En conferencia televisiva para actualizar a la población sobre la situación de la pandemia en el país, el galeno detalló que tres de esos lactantes presentan un estado de salud grave como consecuencia del contagio.
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Este sábado las autoridades sanitarias registraron otros tres decesos derivados de la enfermedad viral y 634 nuevos positivos a la misma, para un total desde el inicio de la pandemia, en marzo pasado, de 21 261 casos acumulados.
Durán expuso que los fallecidos presentaban antecedentes patológicos personales que potencian escenarios de gravedad tras el contagio en la mayoría de los casos. Se trató de dos hombres y una mujer, con edades entre los 72 y los 89 años, contactos todos de casos positivos diagnosticados con anterioridad.
Hasta el momento, en Cuba han muerto 194 personas como consecuencia de la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2. Los ingresados, entre ellos sospechosos de un eventual contagio, suman 9 495.
De los nuevos diagnósticos, 560 fueron contactos de casos positivos. Cuarenta y tres tuvieron su fuente de infección en el extranjero y en 31 no había podido precisarse el origen del contagio al momento del cierre del parte informativo.
Asimismo, 33 de los nuevos casos están en edades pediátricas, entre ellos dos lactantes, contemplados en el total anteriormente expuesto.
Según los datos del Minsap, al cierre del 23 de enero permanecían 49 pacientes en cuidados intensivos, de los cuales 16 son reportados en estado crítico y 33 como graves, incluyendo los tres bebés.
De los nuevos positivos diagnosticados y contemplados como casos de transmisión autóctona, la mayoría correspondieron a las provincias La Habana (310), Santiago de Cuba (87), Guantánamo (53) y Matanzas (51). La provincia más oriental de la isla sigue siendo la de mayor tasa de incidencia y la de mayor transmisión de la enfermedad.
Rebrote del coronavirus, regreso de medidas restrictivas
El régimen ha responsabilizado a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior en estos tiempos de pandemia del tercer rebrote que padece el país desde mediados de noviembre, cuando decidió reabrir sus aeropuertos internacionales.
Si bien no se ha decidido a emprender un nuevo cierre de fronteras, se decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenaza a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.
Este viernes trascendieron las condenas de privación de libertad bajo cargos de “propagación de epidemia” sobre tres cubanos residentes en Santiago de Cuba que viajaron al exterior y regresaron contagiados a la isla.
Durán explicó este sábado que más de 6 000 casos están relacionados con viajeros internacionales desde el 15 de noviembre.
En todo el país se mantiene el uso obligatorio de la mascarilla y a los viajeros internacionales se les exige una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de su arribo a la isla, a la que se suma una muestra tomada en el aeropuerto y su aislamiento estricto hasta conocer el resultado.
Según asegura el régimen, mientras escasean los productos más básicos, incluyendo medicamentos, Cuba prepara cuatro candidatos a vacunas para la COVID-19, pero de momento están en una fase intermedia de ensayos clínicos y el Estado no ha adquirido dosis en el mercado internacional.