Régimen cubano vende colchones a más de 700 dólares

Aunque persigue, multa, encarcela y decomisa mercancías a ciudadanos por “elevar los precios” en detrimento de la población, el régimen cubano es el principal especulador de la isla
Trabajadores fabricando colchón en Cuba
 

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Aunque persigue, multa, encarcela y decomisa mercancías a ciudadanos por “elevar los precios” en detrimento de la población, el régimen cubano es el principal especulador de la isla. ¿Un ejemplo? Vende colchones producidos aquí por una empresa gubernamental, al exorbitante precio de más de 700 dólares estadounidenses.

El modelo Konfort Gran Habana Lujo 200 x 200 ofertado por BazarRegalo, una de las plataformas para el comercio electrónico estatal, se ofrece a 734.28 USD. Otros colchones de la misma marca y modelo, pero de distintas dimensiones, no son mucho más baratos, pues el precio que llevan oscila entre los 400 y 500 dólares, definitivamente muy lejos de lo que puede pagar cualquier cubano que perciba un salario.

¿Acaso se trata de un producto importado, que revende el gobierno? Nada de eso: KONFORT Industria del Descanso es una empresa mixta perteneciente al Ministerio de Industrias del régimen cubano, que produce “colchones, bases, almohadas”, entro otros. Según la web oficial Procuba, “comercializa en el mercado externo y el mercado interno mayorista en divisas”.

“Los productos KONFORT cumplen con la norma cubana NC EN 1725:2008”, se lee en BazarRegalo, un portal cuyo dominio es compraspacuba.com, y es administrado por la estatal Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados (Citmatel).

La realidad cubana está marcada por una aguda escasez que alcanza desde lo más básico (alimentos y bienes de primera necesidad), hasta productos igualmente necesarios para una vida digna, como los colchones de marras.

Lo poco que hay se concentra en tiendas que venden en divisas extranjeras, a las que no pueden acceder la mayoría de los cubanos y en las que hay que someterse a enormes colas para comprar. No obstante, permanecer horas en las filas no garantiza en lo más mínimo que se vaya a adquirir lo que se desea o necesita, incluso a un enorme sobreprecio.

Tal miseria en la que el régimen tiene sumido al pueblo, por su negativa a abrirse, liberar las fuerzas productivas y permitir la libre empresa, obliga a los cubanos en el extranjero a acudir a variadas vías para remesar dinero, alimentos y misceláneas inexistentes o poco accesibles en el mercado de la isla. Esto lo aprovecha también el castrismo, mediante la creación de portales digitales pensados sobre todo para que los exiliados paguen en dólares estadounidenses por productos, que serían enviados a sus familiares en Cuba.

La dolarización de la economía cubana en un contexto de aguda escasez de alimentos y bienes de primera necesidad ha incrementado la situación crítica de los cubanos, sobre todo aquellos en situación de vulnerabilidad como ancianos, jubilados, discapacitados y personas sin posibilidad de acceder a divisas extranjeras o, como prefiere nombrarlas el régimen, moneda libremente convertible (MLC).

 

Foto de portada: Trabajadores fabrican colchón en Cuba (Tomada del Facebook de KONFORT Industria del Descanso)

 

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