En una reunión de este lunes entre autoridades del régimen en La Habana, mencionaron que luego de la reapertura de la capital y en medio de la gran afluencia de personas a las playas, hubo dos muertes.
Sin embargo, no dieron mayores detalles, o no los publicó la prensa de propaganda, acostumbrada a la intromisión gubernamental y policial en sus procesos editoriales.
En la reunión que contó con la presencia del jefe del Partido Comunista en la capital, Luis Antonio Torres Iríbar, aseguraron que existe en las playas del este de La Habana un “reforzamiento policial”, y “se mantienen un importante número de efectivos para velar por la tranquilidad de los bañistas”.
Reconocieron que en la zona murió este domingo un joven, “el segundo caso de la semana” según el periódico oficialista Tribuna de La Habana, “sin que mediara ningún tipo de riña o altercado”. No aclararon si se trata de Ricardo Brayams Diego Ruíz, conocido por “Brayan Amenazzy”, quien falleció ese día en la playa de Guanabo, al parecer por un ataque de arma blanca. Tampoco arrojaron luz sobre el otro caso, si fue un deceso por ahogamiento o de forma violenta.
Para ilustrar cómo las autoridades policiales e inspectores pretenden mantener la “disciplina” durante la reapertura en medio de la pandemia, el coordinador de fiscalización y control del Gobierno en La Habana, Orestes Llanes, informó que el domingo, en la capital se impusieron 1561 multas, de esas 452 fueron en las playas del este y casi un centenar en el Malecón habanero.
Sin embargo, no pudieron evitar ni controlar la muchedumbre de personas que se encontraba en la playa cuando murió quien se identificaba como Brayan Amenazzy que, según testimonios de su pareja y familiares, fue atacado por otros jóvenes.
Imágenes y denuncias que circulan en las redes muestran que el domingo, ese joven residente en Centro Habana era llevado en andas por varios amigos mientras sangraba profusamente.
La activista cubana Karelia Mercedes Manzano se sumó al debate sobre la violencia en la isla y cuestionó el papel de las autoridades. En su cuenta de Facebook escribió:
“Estoy cansada de ver a madres llorando por la pérdida de un hijo, de un esposo, un hermano o sencillamente ver a mis hijas llorar porque su amigo o amiga murió, sea por la caída de un balcón o porque a uno le dio la gana de meterle unas puñaladas a otro. (…) Estoy cansada de que mi hija me diga que va para la playa y yo me quedé con el corazón en la mano…”
Esta madre cubana, asegura que “el país necesita y merece ser libre, necesita un cambio radical. ¿Dónde estaba la policía cuando asesinaron a ese niño en la playa? ¿Y el control policial? ¿No ven que la juventud va para la playa con un cuchillo o una navaja?”.
El 3 de julio La Habana entró en la “fase 1” de la recuperación. Con el relajamiento de las restricciones, los balnearios y el transporte público se llenaron de cubanos, muchos de ellos sin medidas de protección como mascarillas sanitarias, y consumiendo bebidas alcohólicas. Pero limitar el acceso a las playas en una ciudad que no deja de reportar casos de coronavirus, no está en los planes del gobierno.
El vocero oficial del Partido Comunista de Cuba, el periódico Granma, publicó un resumen de una reunión efectuada al más alto nivel del régimen. Según el medio oficialista, “el Primer Ministro [Manuel Marrero] insistió en la prioridad que se debe conceder a la reducción de riesgos de todo tipo en esas zonas, a las cuales inevitablemente continuarán asistiendo personas. El reto está en mantener un ambiente sano y agradable en las playas, comentó”.
Por su parte, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo que “ante la lógica afluencia de personas a las playas, se deben continuar creando las condiciones para que quienes a ellas acudan la pasen lo mejor posible”.
Según el diario estatal, el mandatario designado por el general Raúl Castro recalcó “el llamado que se debe hacer a la población para que se comporte de manera adecuada. No estamos pidiendo que haya distanciamiento físico por gusto –enfatizó–, es para evitar contagios; tampoco estamos en contra de que se vaya a la playa, al contrario, pero no podemos permitir que alguien, con un comportamiento irresponsable, moleste a quienes están disfrutando en familia, entre amigos”.