Por qué Cuba no debe estar en el Consejo de Derechos Humanos

El régimen castrista siempre ha criticado los Derechos Humanos como un invento de las "potencias occidentales", pero los aprovecha para mejorar su imagen en la arena internacional
Represión en Cuba
 

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Abu Duyanah, joven musulmán cubano, ha vivido siempre en la isla y desde que tiene uso de razón el régimen critica los Derechos Humanos. Entonces, ¿por qué merecería un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas?

No sólo son palabras, sino hechos. Un grupúsculo castrista le hicieron un pogromo a la activista opositora Anamely Ramos este fin de semana. Este tipo de actividades se conocen en la isla como “actos de repudio” y están diseñados para intimidar a los “enemigos de la Revolución”. Irónicamente, Ramos es promotora de los Derechos Humanos.

Abu Duyanah recuerda que los musulmanes en Cuba tienen posibilidades limitadas para ejercer libremente su religiosidad y son acosados de provincia en provincia por la Seguridad del Estado, la policía política del régimen.

“A los musulmanes cubanos no se les reconoce su personalidad jurídica y son encarcelados sólo vestir de una forma diferente o por practicar una religión minoritaria en Cuba”, recuerda el activista.

La posibilidad de circular libremente, de profesar ideas y creencias sin ser discriminado por ello, de expresar con libertad lo que uno piensa, son derechos reconocidos por la Carta de Naciones Unidas que el gobierno cubano firmó, pero no practica.

El gobierno cubano espera ser elegido para formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU esta semana, un logro diplomático que podría mejorar su imagen en la arena internacional. En ese foro, será apoyado por otros regímenes dictatoriales, como China, Nicaragua y Venezuela.


Activistas y opositores cubanos lanzaron la campaña “El Consejo de los Derechos Humanos para las y los ciudadanos” con el objetivo de concientizar a la comunidad internacional sobre las violaciones que se cometen en la isla comunista.

La semana pasada varios activistas fueron reprimidos y sometidos a actos de escarnio de inusitada intensidad, incluso en un país como Cuba, donde la oposición es perseguida sistemáticamente. Varias organizaciones internacionales condenaron los arrestos.

Gabriel Salvia, director de la ONG CADAL, con sede en Argentina, deploró “La ola de detenciones a opositores pacíficos en Cuba”, y recordó que el martes que viene, “La vieja dictadura será electa por quinta vez al Consejo de Derechos Humanos de la ONU”. Salvia ha criticado duramente el ingreso de Cuba al Consejo y ha lamentado que hay países de la región que no se oponen.

UN Watch, Humans Rights Foundation y el Instituto Raoul Wallenberg para los Derechos Humanos emitieron un documento que detalla los abusos contra ciudadanos en Cuba, China, Rusia, Arabia Saudita, Pakistán y Uzbekistán e insta a los países miembros de la ONU a que se opongan a que estas naciones ingresen al Consejo de Derechos Humanos.

 

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