El cinismo del régimen cubano, sus dirigentes y acólitos más fervientes no tiene límite. Este sábado 10 de octubre, cuando se suponía que los cubanos, donde quiera que vivan y como piensen, pudieran celebrar el aniversario 152 del inicio de las luchas independentistas, los órganos represivos se encargaron de hostigar, sitiar y detener arbitrariamente a todos aquellos que quisiesen expresar su inconformidad en la fecha patria.
Pese a eso, el presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha estado hablando el fin de semana de libertad y derechos humanos, así como defendiendo la candidatura de su gobierno para ocupar un asiento en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU.
“Candidatura de Cuba al Consejo de Derechos Humanos: Con voz propia”, escribió en su cuenta de Twitter, donde calzó sus habituales etiquetas #SomosCuba y #SomosContinuidad, carentes de sentido para la mayoría de los residentes y naturales de la isla en medio de la constante crisis económica y escasez de medios y bienes básicos.
Su tuit es sólo el título de un artículo con el que el oficialista Juventud Rebelde, que a su vez lo retoma del portal de la cancillería del régimen, intenta legitimar la noción restrictiva de los derechos humanos que tiene el gobierno cubano, así como perpetuar las mentiras típicas de que en Cuba se respeta la libertad de religión y culto, la de expresión y los derechos de tercera generación.
Mentiras que quedan en entredicho cada día, apenas un cubano o cubana decide hablar libremente de política y cuestionar al régimen, así como manifestarse por sus auténticos derechos humanos, tal y como sucedió ayer.
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El régimen vio este sábado la amenaza por todas partes y recrudeció su accionar con varias detenciones arbitrarias y una vigilancia activa contra activistas por los derechos humanos u otras personas que le son incómodas en este contexto.
No escatimó en recursos y envió patrullas a distintos barrios de La Habana para realizar detenciones, las cuales casi alcanzaron a una veintena de personas. Entre ellos estuvieron el colaborador de ADN Cuba Esteban Rodríguez y el periodista independiente Héctor Luis Valdés Cocho, quienes respondieron al sitio del que fueron objeto desde la mañana ondeando una bandera improvisada con un mensaje de apoyo a la histórica caravana anticomunista que paralizó Miami.
Dicha acción motivó su posterior detención, aunque afortunadamente, según informó este domingo la directora de Cubalex, todos los detenidos por la policía y la Seguridad del Estado por motivos políticos fueron puestos en libertad.
De cualquier forma, los registros de los hechos quedan y las palabras cínicas del presidente cubano, así como la intención del régimen de sentarse en una mesa en la ONU de la que no es digno, quedan en entredicho una vez más.