Una nota del Ministerio de Cultura reafirmó este 4 de diciembre que el régimen cubano nunca ha deseado dialogar con nadie, a excepción de sus seguidores más fieles, y deslegitima y ofende a quien alce su voz por encima de la suya.
Bajo el título “Rompen el diálogo quienes pidieron diálogo”, el castrismo puso sus condiciones draconianas para “dialogar” con artistas e intelectuales, prácticamente una camisa de fuerza, porque niega todo contacto futuro con disidentes abiertos, el Movimiento San Isidro y la prensa independiente.
“Al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo”, asegura.
“El Ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses”, agrega.
El Ministerio de Cultura niega “toda legitimidad” al grupo de artistas que se reunió frente a su cede el 27 de noviembre y les arrancó una reunión hasta largas horas de la madrugada, en las que estuvieron presentes disidentes y se habló de la represión contra el Movimiento San Isidro.
Las manifestaciones por el Movimiento San Isidro comenzaron la semana antes pasada, como medio para exigir la liberación del músico contestatario Denis Solís, injustamente encarcelado y sometido a un juicio sumario, sin garantías legales. Como respuesta, varios integrantes de la organización comenzaron una huelga de hambre.
Fuerzas del régimen irrumpieron violentamente el jueves pasado en la sede del MSI con el propósito de poner fin a la manifestación y arrestaron a los opositores. Horas después ese mismo día fueron puestos en libertad, pero se les impidió regresar a la sede de Damas 955, en La Habana Vieja.
El desalojo provocó una protesta de varios artistas e intelectuales ante el Ministerio de Cultura a favor de más libertades y respeto a los movimientos opositores, tildada por algunos como demasiado conciliadora con el régimen y celebrada por otros por su contenido contestatario.
La protesta de San Isidro y el plantón ante el Mincult ha provocado revuelo en la comunidad cubana y la arena internacional. También reacciones del régimen, que organizó un acto paralelo con sus simpatizantes. El diálogo prometido, como se ve en las últimas declaraciones del Mincult, al parecer nunca ocurrirá.