Sin importar cuán nefasto vaya todo, el oficialismo cubano siempre encontrará motivos para exaltar la supuesta efectividad de un sistema que ha sumido a la isla en un letargo de más de seis décadas.
Como prueba de ello, el órgano oficial de la única central sindical permitida por el régimen exaltó recientemente el uso de la calabaza para la confección de panqués en panaderías pinareñas como una solución creativa y saludable ante la escasez de harina de trigo, que permite cumplir los planes productivos y seguir ofertando al pueblo productos de presunta calidad.
El pasado fue un año “marcado por las carencias de materias primas e insuficiente disponibilidad de portadores energéticos”, comentó el periódico Trabajadores, como si esos aspectos en Cuba sólo dependieran de que haya una pandemia.
Pese a esas carencias, contrapuso, los afiliados al sindicato de la Industria Alimentaria en Pinar del Río merecieron la sede nacional por el día del trabajador del sector, este 25 de enero, por sus sobrecumplimientos productivos y la ampliación y diversificación de la gama de ofertas que comercializan.
“Aseguraron las entregas para la canasta familiar y venta liberada en la red de comercio del territorio, así como la inserción en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM)”, resaltó Trabajadores en su reporte, donde destaca el ahínco y la creatividad de muchos de los empleados de la industria alimentaria en la occidental provincia para superar la escasez y seguir produciendo para el pueblo.
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Dicha “creatividad” impuso, entre otras aportaciones de mayor o menor relevancia, el uso de la calabaza para la confección de panqués (gaceñigas) en las panaderías.
El empleo de la hortaliza para ese fin fue avalado con análisis de microbiología y sensoriales, según informó Oviamna Martínez, subdirectora de Calidad, Ciencia y Medio Ambiente en la dirección provincial.
Asimismo, Danaysi Montesinos, especialista en Procesos de la Industria Alimentaria, resaltó que la calabaza permite reducir 105 kilogramos de harina por cada tonelada de panqué que se elabore, y evitar el uso de colorante y agua en la confección, porque estos elementos los aporta la hortaliza.
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La calabaza hace también que el panqué dure más y sea más esponjoso, todo lo cual ha motivado que en cada municipio pinareño al menos una dulcería ya utilice la formulación.
Sin embargo, como en Cuba, además de la harina, escasea hasta la calabaza, el “grandioso” nuevo método no se ha ampliado y difundido lo suficiente. Ello, según Trabajadores, por “la insuficiente producción agrícola” derivada de las adversidades climatológicas del 2020 y no de las insuficiencias crónicas del agro cubano bajo los esquemas productivos de un sistema estatalizado que nunca ha sido capaz de producir los alimentos que el país requiere.