Emprendedor cubano sintió “vergüenza” al ver a Hugo Cancio en fiesta del 4 de Julio

“Esta dictadura ha hecho lo que ha querido en sus propias narices y la pregunta: ¿Por qué lo permiten?”, agregó el emprendedor Abel Cartaya en un mensaje a la Embajada de EEUU
Hugo Cancio en fiesta del 4 de julio 2022, y en foto de archivo con Díaz Canel
 

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El emprendedor cubano Abel Cartaya dijo este fin de semana sentir “vergüenza” de ver al empresario Hugo Cancio, partidario del acercamiento de Washington con el régimen comunista, en la fiesta ofrecida en la Embajada de Estados Unidos por el 4 de Julio, Día de la Independencia norteamericana.

Cartaya, un emprendedor del rubro de las artesanías en la provincia de Matanzas, respondió a una publicación en Twitter de la Embajada de EE. UU., en la que se criticaba el encarcelamiento del rapero opositor Maykel Osorbo.

“Lo que sucede es que a ese régimen lo apoyan testaferros y empresarios de todo el mundo, principalmente desde USA… Sentí vergüenza al ver al sr Hugo Cancio en los festejos por el 4 de Julio”, expresó Cartaya en la red social.

“Esta dictadura ha hecho lo que ha querido en sus propias narices y la pregunta: ¿Por qué lo permiten?”, agregó el emprendedor.

Cartaya se refiere a la presencia en la embajada del empresario cubanoamericano Hugo Cancio, criticado por sus negocios que lucran con productos fuera del alcance del pueblo cubano, con la autorización del régimen comunista.


Cancio fue uno de los patrocinadores de la celebración que tuvo lugar el viernes pasado en la embajada en La Habana por el 4 de julio, a la que impidieron asistir a opositores como el intelectual Dagoberto Valdés, director del Centro Convivencia.

El contraste de la asistencia de Cancio al evento y las prohibiciones sobre opositores fue expuesto en Twitter por el director del medio YucaByte, Norges Rodríguez, quien compartió imágenes que dejan ver al empresario divirtiéndose en el festejo y a su empresa Fuego Enterprises en la lista de donantes de la embajada.

El pasado 30 de junio, Dagoberto Valdés recibió dos visitas de un oficial de la Seguridad del Estado del régimen que le comunicó que no se les permitiría asistir a la recepción diplomática en la residencia del embajador estadounidense ni a él ni a otros miembros de Convivencia.

Sin embargo, como se aprecia en las imágenes compartidas por Rodríguez, a Cancio y a otros sí se les permitió asistir y presenciar las palabras del encargado de negocios Timothy Zuñiga-Brown a propósito del aniversario 246 de la independencia de los Estados Unidos. También se habló sobre “los últimos dos años y el futuro de Cuba”, según reseñó la embajada en un tuit.

Fuego Enterprises Inc., donante de la actividad de la sede diplomática de Washington en La Habana, es una empresa de Estados Unidos activa en medios y entretenimiento, telecomunicaciones, viajes y bienes raíces. En Cuba tiene licencia también para comercializar productos agroalimentarios, artesanales y bienes de consumo.

Fundada en 2004 y conocida hasta 2012 como Grupo para el Desarrollo de Negocios con Cuba, la compañía fue creada por Cancio, su propietario y principal accionista. En julio de 2021, el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba (Mincex) autorizó la inscripción y otorgó la licencia correspondiente a la empresa en el Registro Nacional de Representaciones Comerciales Extranjeras, adscrito a la Cámara de Comercio de la isla.

Fue la primera autorización de esta naturaleza dada a una compañía propiedad de un cubanoamericano, aunque OnCuba, filial de Fuego Enterprises, operaba desde años antes en sus distintas ramificaciones (medio de comunicación y agencia de viajes) con oficinas en la capital cubana.

Cancio ha sido criticado por algunos de sus negocios en la isla, como la tienda online Katapulk, que vende a precios excesivos productos producidos en Cuba, pero escasos o inexistentes en la red minorista a la que pueden acceder la mayoría de los cubanos.

El pasado diciembre, en medio de la escasez de carne de cerdo que privó a muchas familias de disfrutar la tradicional cena del último día del año, Katapulk tenía varias ofertas en dólares del cárnico, mientras que meses antes ofreció leche en polvo en presentaciones cuyos precios iban desde los 65 hasta los 289 dólares, aun cuando el régimen ha sido incapaz de proveer el producto en las canastas normadas de personas con dietas especiales.

 

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