En Cuba se registraron 231 protestas contra el régimen y la precaria situación social y política en la que mantiene la isla, un 13% de incremento respecto a las muestras de descontento reportadas en abril, según un informe independiente.
Las expresiones públicas de rechazo al gobierno aumentaron “a pesar de los arrestos domiciliarios, la incomunicación telefónica y el corte del acceso a internet contra los activistas de la sociedad civil”, informó el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).
En un comunicado el director ejecutivo del OCC, Juan Antonio Blanco, notificó que la cifra “representa un ritmo de más de 7 protestas diarias en mayo, noveno mes en el que el OCC las contabiliza, arrojando un total de 1,276 en toda la isla desde septiembre pasado”.
Según el informe, al que ADN Cuba tuvo acceso, del total de protestas en el último mes (231), estuvieron relacionadas con derechos políticos y civiles 145 (67 %), y las restantes 86 (37 %) fueron relativas a la exigencia de derechos económicos, sociales y culturales. Estas últimas se duplicaron en el período analizado, pasando de 47 a 86.
“Aunque las demostraciones por motivos civiles o políticos siguieron aumentando en números absolutos del cuarto al quinto mes del año (de 47 a 86), disminuyeron en términos de porcentaje del total, lo cual podría deberse al arresto domiciliario de los activistas, la hambruna y el deterioro del sistema de salud pública que se extienden por la isla”, precisa el OCC.
Esta organización no gubernamental (ONG), señaló que muchas de las protestas políticas estuvieron relacionadas con el “secuestro en un hospital del líder del efectivo Movimiento San Isidro Luis Manuel Otero Alcántara”, así como con el encarcelamiento de los participantes en una demostración “pacífica, pero audaz”, en la calle Obispo de la Habana Vieja, el 30 de abril.
La ONG considera que, en los últimos meses, la represión multiplica las manifestaciones públicas de descontento con el castrismo, y apoya este razonamiento en que durante mayo el 51% del total de protestas (120) fueron en rechazo directo a los abusos de las autoridades.
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Entre los rasgos más destacados de esta efervescencia en mayo, mencionan la retención e incomunicación de Otero en el hospital “Calixto García” que “levantó una ola de protestas dentro de Cuba (60), provocó otras fuera y motivó una denuncia internacional del uso criminal de la medicina como instrumento de represión en Cuba”.
“De manera creciente el ciudadano común se solidariza ante los abusos de la policía, ya sea cuando los gendarmes intentan arrestar a una madre y confiscarle una bolsa con alimentos, cuando estudiantes de la FEU reclaman la liberación de un participante en la protesta de la calle Obispo, o cuando la gente sale en defensa del opositor Guillermo 'Coco' Fariñas, detenido por rendir homenaje a Martí”.
El Observatorio considera que “la élite militar que realmente gobierna ha dado la espalda a las necesidades más perentorias de la población sin liberar las fuerzas del mercado ni abandonar el estado totalitario policiaco, lo que ha hecho caer en crisis el capital simbólico del supuesto 'Estado benefactor'”.
Este contexto “genera un crecimiento del tejido de la sociedad civil independiente, con la organización de nuevos gremios y la ruptura del monopolio del Estado” sobre la representación de esos sectores.
Otro rasgo es que, en el exterior, las protestas se internacionalizan gracias a los exiliados, “a lo que el régimen ha respondido con una amenaza de represión extraterritorial”, y amenazan con “aplicar a los cerca de tres millones de cubanos que viven fuera (…) sus leyes nacionales represivas”.