Entre los golpes más duros de esta pandemia en Cuba están los niños enfermos por coronavirus. Las autoridades sanitarias del país confirman este 18 de enero cinco menores de edad en cuidados intensivos, algunos con peligro para su vida.
El de estado más comprometido es un pequeño de 12 años en la provincia Ciego de Ávila, con antecedentes de parálisis cerebral y epilepsia, según el último reporte del Ministerio de Salud Pública.
Entre los otros cuatro hay dos con apenas un mes de nacidos —uno en Artemisa y otro en La Habana—, y otros dos de cinco y ocho años, de capital y Villa Clara respectivamente.
En total, hay 46 personas en cuidados intensivos en todo el país, 11 en estado crítico y 35 graves, un número inusitado, como lo fueron las cifras de infectados los últimos días, que el domingo alcanzaron los 650.
Cuba lleva dos semanas rompiendo récords de casos diarios de la COVID-19, las cifras sobrepasaron el centenar hasta alcanzar los 650 antes mencionados en el peor rebrote de la pandemia desde que se detectara el primer caso, en marzo de 2020.
En el parte de hoy destacan las provincias de La Habana (80 casos) y Guantánamo (103) como las más afectadas, con más del 50% de los casos reportados. Sin embargo, la dispersión de la enfermedad es notoria: otros 11 territorios presentaron informes de nuevos enfermos este lunes.
Del total de casos (292): 266 fueron contactos de casos confirmados; 18 con fuente de infección en el extranjero y ocho sin fuente de infección precisada. Unos 56 estuvieron en contacto con viajeros del exterior.
Este peligroso rebrote comenzó luego de que el país abriera sus fronteras al turismo internacional como vía para oxigenar la economía, azotada por una grave crisis que obligó a reformas drásticas, como la eliminación de la doble moneda.
Incluso, el régimen responsabilizó a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior en estos tiempos de pandemia del tercer rebrote que padece el país desde mediados de noviembre.
Si bien no se ha decidido a emprender un nuevo cierre de fronteras, el régimen decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenaza a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.
El rebrote ha obligado a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios, entre ellas La Habana, que, por sus características sociodemográficas, ha sido el territorio de mayor complejidad para el control de la enfermedad viral durante la mayor parte de los últimos 10 meses y regresó el pasado miércoles a la fase de transmisión autóctona limitada, la cual implica implementar medidas más rigurosas y restrictivas, entre ellas la paralización del curso escolar.