Ya esta mañana ADN Cuba lanzó la interrogante de si recientes reportes en la prensa oficialista no estarían sugiriendo el regreso de la coyuntura, ese episodio en el que muchos cubanos temieron el regreso de los años más duros del llamado Período Especial.
Pues bien, horas después otros hechos recalcan aún más la legitimidad de la pregunta de si regresa la coyuntura. Aunque, para ser justos, visto lo visto, y ante la permanencia de la escasez y la falta de productos básicos, lo más legítimo sería preguntarnos si alguna vez se ha salido de esa coyuntura de septiembre o, incluso, del período especial de los 90.
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Publicaciones en Facebook del usuario Héctor C S R muestran lo epopéyico que resultó hoy para muchos adquirir gasolina en el Cupet de La Shell, en Guanabacoa. A juzgar por sus comentarios, fotos y hasta un video, la estabilidad en el suministro de combustibles está lejos de llegar a la isla, siempre dependiente de amigos foráneos y no de sus propios esfuerzos productivos, cercenados además por un sistema inoperante.
“Desde las 11 de la noche teníamos marcado en el Cupet de la Shell, éramos el ocho en la cola y solo alcanzó la gasolina para seis carros. Por qué vendieron sin control y solamente 500 litros. Eso es una mierda, que no es justa”, denunció Héctor.
Según detalló después en otras publicaciones, parte de la crisis en ese Cupet fue porque la mayoría de la gasolina se está destinando a autos estatales, en detrimento de particulares que hacen normalmente la cola.
“Perfecto, la gasolina solo para estatales, los particulares a matarse por la miseria que venden en la mañana”, se quejó el usuario de Facebook, al tiempo que cuestionó por qué la policía que intentaba “ordenar la cola” y mantener el orden en el Cupet, así como los trabajadores del mismo, permitían que un carro estatal estuviera llenando galones de “la gasolina que no le toca”.
Sobre los policías, muy ridículo resulta cómo intentan ordenar la aglomeración provocada por el desabasto y el temor a no poder alcanzar combustible en días recientes, lo cual es ilustrado en el Facebook de Héctor con un gracioso video en el que un policía se lleva las palmas de la cerrazón y la intransigencia tonta diciendo: “dos motos, un carro”.
Ello, supuestamente ordenando una cola en la que de antemano los privados tenían las de perder, porque, como denunció el autor de las publicaciones, los carros estatales, esos que siempre se espera den botella y no siempre lo hacen, salvo camisa de fuerza presidencial, tenían la prioridad.
Por último, otra publicación de Héctor, quien al parecer buscaba abastecer de combustible su moto junto con otros compañeros, miembros de un club de motociclismo, cuestionó por qué “no dijeron en el televisor que ahora la gasolina es solo para estatales”. Ah no, desviaron la atención con los carros que supuestamente van a vender, comentó irónicamente, en sintonía con otra publicación en la misma red social del pianista de jazz Harold López Nussa.
¿Van a vender carros y no hay gasolina?, preguntó en su muro el jazzista. Una duda cuya respuesta, más que nada, debe decirnos si vuelve la coyuntura, si se ha mantenido o si, sencillamente, viviremos por siempre en ese fatídico período especial, con ligeros episodios engañosos de disponibilidad mercantil y relativo crecimiento.