Agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) interrumpieron una directa por redes sociales del vocero castrista Humberto López, quien pretendía reportar “normalidad” en las calles de La Habana este 15 de noviembre.
López, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presentador de la televisión oficial, transmitía mediante su perfil de Facebook un video para mostrar que no hubo Marcha Cívica por el Cambio, aunque no mencionó la militarización del país ni las detenciones arbitrarias o los arrestos domiciliarios a activistas y periodistas independientes.
Poco después de las 5:30 pm, el vocero caminaba por los alrededores de la Esquina de Toyo en el municipio Diez de Octubre, evadiendo huecos en aceras y calles, y las fachadas en peligro de derrumbe. Mientras López hablaba de una supuesta “normalidad” en las calles de La Habana, tres policías lo vieron transmitiendo con el móvil y se le acercaron para pedirle identificación, pues no lo reconocieron por llevar mascarilla sanitaria.
Cuando el oficial al mando del grupo que lo rodeó inquirió qué hacía, el funcionario comunista respondió: “Nada, estamos haciendo una transmisión en vivo, soy Humberto López del Sistema Informativo de la Televisión Cubana”.
“¡Ah! Coño… Ya, está bien, está bien…”, respondió el policía retirándose. López intentó salir del paso y reforzar su discurso de “tranquilidad” y no militarización, preguntando por qué no veía más agentes controlando el espacio público, a lo que le respondió el oficial: “Na, sí hay [más], sí hay…”
El activista opositor Mag Jorge Castro opinó en Twitter que el incidente es “surrealista”, porque “Humberto López pretendía hacer ver (…) que en la calle reinaba una tranquilidad espontánea, las mismas fuerzas policiales apostados para intimidar le pidieron sus documentos...”
Lo sucedido con Humberto López, rostro de las principales campañas de la Seguridad del Estado contra opositores, contrasta con el trato a periodistas independientes este 15N a quienes no permitieron trabajar.
Jorge Enrique Rodríguez, de Diario de Cuba, fue detenido mientras reportaba en la tarde del lunes, en La Habana. Había hecho varias directas en redes sociales desde la mañana, informando de la situación en las calles de La Habana, tomadas por policías, militares y grupos pro gobierno para impedir la marcha.
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Horas después del arresto, Rodríguez fue liberado y dijo en una directa de Facebook que su detención fue para evitar que reportara desde los barrios.
En Camagüey fue cercada la sede del medio alternativo La Hora de Cuba, para impedir que Henry Constantín y Neife Rigau salieran a reportar la jornada de Marcha Cívica por el Cambio. Al menos tres personas fueron detenidas en esa provincia, informó Constantín.
Abraham Jiménez Enoa, colaborador en Cuba del diario The Washington Post, denunció que desde el 14 de noviembre estuvo “sitiado por policías y agentes vestidos de civil. Vecinos me dicen que el operativo de hoy [15 de noviembre] es superior al de ayer. (…) ¿Le temen tanto al periodismo, a que salga a contar la verdad?”
El sábado, el régimen suspendió la acreditación de todo el equipo en la isla de la agencia de noticias EFE. Tras el escándalo internacional y la intervención de funcionarios españoles, restituyeron solo dos credenciales.
La protesta del 15N reclamaría la liberación de cientos de detenidos tras las manifestaciones antigubernamentales del 11 y 12 de julio. La protesta fue impedida por detenciones arbitrarias de la policía política y mítines de odio organizados por el Estado contra activistas disidentes.
El Centro de Información Legal, Cubalex, registró hasta el momento de publicar esta nota al menos 55 detenciones y desapariciones forzadas de cubanos en la isla, en el contexto de la convocatoria a la Marca Cívica.