Según prometió él mismo, el general Raúl Castro abandonaría la jefatura del Partido Comunista de Cuba (PCC) en los próximos días, cuando concluya en VIII Congreso de la organización que gobierna con mano férrea la isla desde hace décadas.
Castro que cumplirá 90 años en junio próximo, se jubilaría en medio de la más profunda crisis económica, política y social de al menos los últimos 30 años. El cónclave del núcleo duro del régimen será para el hermano menor del dictador Fidel, “colofón de una gestión más que negativa al frente del partido estatal desde 2006”, considera el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH)
La institución, en un comunicado, valoró la isla “es una nación en ruinas, que sigue en manos de una familia y de una cúpula militar cuyo objetivo es mantenerse en el poder a toda costa”.
Para eso, los Castro utilizaron durante décadas al único partido permitido, y maniobraron para que fuera consagrado en la Constitución como “la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
Ahora, el PCC realizará su congreso en medio de la pandemia, mientras los cubanos sufren escasez de medicamentos básicos, tales como ibuprofeno, paracetamol y antibióticos, entre otros. También la población padece una infraestructura sanitaria semi destruida y sin ambulancias; al tiempo que ven crecer la propaganda sobre Cuba como supuesta “potencia médica” y las posibles vacunas de producción nacional, que no han sido aprobadas aún, pero se utilizan en ensayos masivos con casi el 20% de la población.
“Existe una sensación de desmoronamiento. El PCC no ofrece soluciones a la situación interna, mientras los ciudadanos sufren por la pobreza y las limitaciones a sus derechos, que se ha incrementado mientras más se acercaba el congreso comunista”, indicó el OCDH.
Lea también
La organización no gubernamental denunció que los comunistas se reunirán “además en medio de la peor crisis alimentaria y un encarecimiento notable de los productos de primera necesidad. La mayor parte de los alimentos solo se ofertan en dólares (…). Frente a la hambruna que sufre la población, el gobierno ha continuado la persecución contra los emprendedores más exitosos en áreas como la agricultura. Las largas filas para conseguir alimentos se inician de madrugada a las puertas de los establecimientos”.
The Economist previó que Cuba podría registrar en el 2021 una inflación de hasta el 500%. “Esta es una señal negativa con importantes consecuencias sociales, producto de la falta de medidas que liberalicen el emprendimiento y la producción”, señala el OCDH.
¿Qué hizo Raúl Castro hasta ahora?
Ante este panorama, es válido preguntarse si a la gestión de Raúl Castro habría que señalarle algo positivo, pero es ardua la tarea.
A una década de aprobados los llamados “Lineamientos del Partido Comunista” para el desarrollo económico y social de Cuba, “han resultado un fracaso absoluto, en gran medida por obviar que el modelo comunista cubano está agotado y por la falta de voluntad real para hacer reformas para una economía libre”, considera el Observatorio.
Otras medidas que se consideraron aperturas en un inicio, también terminaron en descalabro. Entre ellas la entrega de tierras en usufructo a los campesinos, iniciada hace 13 años. Derivó en “un proceso burocrático que no ha conseguido poner a producir a un país eminentemente fértil, ni tampoco garantizar los productos de primera necesidad en la mesa de los cubanos”.
El “legado” del general Castro también incluye una drástica reducción en los subsidios de Seguridad Social para los sectores más desfavorecidos y vulnerables de la sociedad. “Desde enero, todos los ámbitos económicos y sociales han empeorado tras las medidas de la llamada 'Tarea Ordenamiento', acentuándose las desigualdades sociales, en especial de los jubilados y enfermos crónicos”, añadió el OCDH.
El Tercer Informe sobre Derechos Sociales en Cuba, elaborado en octubre pasado, recoge que el 46% de las familias cubanas necesitan que su vivienda sea reparada y el 11% habita en viviendas en peligro de derrumbe.
“Ni Raúl Castro ni el PCC han rendido cuentas al pueblo cubano sobre su nefasta gestión. Ni siquiera han conseguido el 'vaso de leche para cada cubano' que prometieron tras la salida de Fidel Castro del poder”.
Según el Observatorio, “Cuba es un país en emergencia humanitaria, y quienes tienen el poder no hacen los cambios necesarios, como la creación de un marco legal para garantizar las libertades individuales y el respeto a los derechos humanos, así como la liberación de las fuerzas productivas. Tampoco permiten que otros cubanos de buena voluntad lo hagan”.