Cuba rebasa el millar de casos diarios de COVID-19

Por primera vez desde el inicio de la pandemia la isla reporta más de mil casos en 24 horas. En la jornada falleció una anciana de 90 años y La Habana, Santiago y Guantánamo volvieron a destacar negativamente como las provincias de peor situación
 

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Las autoridades sanitarias de Cuba registraron un nuevo deceso como consecuencia de la COVID-19 y 1 012 nuevos casos de la enfermedad pandémica que, desde mediados de noviembre, mantiene en jaque a la isla con un tercer rebrote en el territorio.

Con los nuevos incrementos, nuevo récord de positivos diarios incluido, el total de casos acumulados desde el inicio de la pandemia en el país, en marzo pasado, asciende a 26 686, mientras que los fallecimientos suman 214, para una tasa de letalidad de 0,80 por ciento.

La fallecida fue una ciudadana cubana de 90 años de edad que residía en el municipio Boyeros, La Habana. Era hipertensa, antecedente patológico que eleva las probabilidades de desarrollar cuadros de gravedad ante el contagio, y murió tras entrar en parada cardíaca, luego de días de empeorar progresivamente su estado de salud con Distress Respiratorio Severo y Shock Séptico refractario al tratamiento.

Según los datos del Ministerio de Salud Pública (Minsap) en su más reciente parte informativo, con cierre en la medianoche del sábado 30 de enero, se encuentran ingresados para vigilancia clínica epidemiológica 12 570 pacientes, de los cuales 3 947 son sospechosos de un eventual contagio y 5 558 casos activos de la enfermedad.

De los nuevos diagnósticos, 926 fueron contactos de casos confirmados, 34 tuvieron su fuente de infección en el extranjero y en 52 no se había podido precisar la fuente de infección hasta el momento del cierre de la información del Minsap.

Ésta precisa además que 50 pacientes permanecen en cuidados intensivos, de los cuales 22 son reportados en estado crítico y 28 como graves.

La mayoría de los nuevos casos volvieron a corresponder a las provincias La Habana (458), Santiago de Cuba (125) y Guantánamo (206), las de peor situación epidemiológica durante este tercer rebrote de COVID-19 en la isla, el más severo en lo que a número de contagios diarios y decesos se refiere.

Vuelta al aislamiento de viajeros

El rebrote de COVID-19 en Cuba obligó a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios, entre ellas la capital, que, por sus características sociodemográficas, ha sido el territorio de mayor complejidad para el control de la enfermedad durante la mayor parte de los últimos 10 meses.

El régimen responsabilizó a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior del rebrote que padece el país desde mediados de noviembre, cuando decidió reabrir sus aeropuertos internacionales.

Si bien no se ha decidido a emprender un nuevo cierre de fronteras, se decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenaza a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.

Asimismo, este sábado decidió volver a la práctica de aislar durante días a todos los viajeros que arriben al país desde el exterior. Los cubanos residentes serán confinados en centros de aislamiento hasta que se descarte su positividad o no a la enfermedad pandémica, mientras que los no residentes, los turistas y aquellos que regresen de viajes por motivos oficiales o profesionales serán aislados en hoteles o sometidos a los protocolos aprobados por las carteras de Turismo, Comercio Exterior y Relaciones Exteriores, según corresponda por el motivo del viaje.

El oficialismo también sitúa la responsabilidad del incremento de casos en la ciudadanía. El pasado martes el director nacional de Epidemiología del Minsap, Francisco Durán, afirmó en su conferencia informativa que “la irresponsabilidad no puede seguir campeando en el país, y no todo puede ser, aunque se está haciendo, a base de multas y otras medidas”.

“Tiene que haber una parte de responsabilidad teniendo en cuenta los resultados que estamos teniendo”, subrayó el galeno.

En toda Cuba se mantiene el uso obligatorio de la mascarilla y a los viajeros internacionales se les exige una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de su arribo a la isla, a la que se suma una muestra tomada en el aeropuerto y su aislamiento estricto hasta conocer el resultado.

Pese a la aguda crisis que atraviesa la isla y el notorio repunte de la incidencia de la enfermedad viral, que por primera vez acumula múltiples jornadas consecutivas con decesos y centenares de nuevos casos, el régimen confía en inmunizar a su población durante el primer semestre de este año con alguno de sus cuatro candidatos vacunales

Hasta donde se tiene conocimiento público, no planea adquirir dosis en el mercado internacional de las vacunas foráneas que ya se comercializan y distribuyen.

 

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