Ya sabíamos que Cuba no es un país normal. En una nación bajo dictadura suceden cosas insólitas que en cualquier lugar donde se viva en democracia, por muy necesitada de perfección que esté, parecen imposibles.
El régimen y sus voceros hacen malabares para justificar los desastres del castrismo, y las medidas represivas contra quienes los denuncian. La ignorancia y la prepotencia de quienes viven a la sombra del gobierno empotrado en La Habana es tal, que sin recato exhiben sus estrategias al aire, las publican.
Un conocido vocero del régimen cubano ha pedido que los medios de propaganda estatal aumenten su persistente lavado de imagen de la policía, como si fueran pocos sus intentos. En el diario Granma, perteneciente al Partido Comunista, calificó como “vitales” los contenidos que los medios de comunicación oficialistas puedan producir en favor de las fuerzas represivas.
El periodismo independiente los tiene preocupados, y que existan los diarios digitales alternativos, que denuncien y señalen la falta de libertades en la isla, según este sombrío personaje “demuestra que la producción de contenidos en los medios cubanos que sean capaces de responder a esas intenciones de medios enemigos son (sic) vitales, mientras su abandono o insuficiencia pueden dejar un costoso vacío”.
Pero además del periodismo no partidista, según el vocero, han de recibir respuesta los ciudadanos que publiquen libremente denuncias y sobre todo fotografías y videos con evidencias del actuar policial.
“Días atrás el programa Hacemos Cuba, a partir de numerosas comunicaciones de los ciudadanos para informarse sobre el tema, ofreció esclarecimiento sobre si es posible fotografiar o grabar a un policía durante sus funciones públicas”, escribió.
Asegura que, aunque “la respuesta fue afirmativa” y “ese testimonio gráfico puede ser usado como parte de una denuncia, por lo que constituye un abuso de autoridad por parte del agente impedirlo por cualquier medio”, el afectado o testigo de una violación no puede difundirla.
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“Otra cosa es su publicación en las redes sociales, que incluye el derecho del policía al respeto de su imagen personal, y la intencionalidad que se tenga al hacer esa circulación digital”, afirman en el Granma.
Intentan criminalizar el derecho a la libre expresión y la denuncia pública de los atropellos, algo gravísimo sobre todo porque es sabido que muchos de estos policías quedan impunes, y los que son sancionados ni siquiera son informados a la población. La excusa, otra vez, es no darle armas “al enemigo”, es decir, que no puedan ser utilizadas esas imágenes para el trabajo de la prensa independiente.
En el Granma afirman: “Si bien fotos o videos de cualquier cosa negativa realizada por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (pnr), forman parte habitual del contenido que vierten sobre los usuarios cubanos en las redes un grupo de medios de comunicación digital desde Miami, el bombardeo durante este tiempo con esa intención ha sido prácticamente diario. Ha resultado casi imposible abstraerse de ellos para un usuario promedio de las redes en Cuba”.
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Y continúa el periódico comunista: “Una maquinaria engrasada con dinero recibe cualquier contenido gráfico que le sirva para eso, como de cualquier otro aspecto negativo que genere molestia sobre la vida en el país. El material publicado por algunos de estos sitios digitales es de inmediato replicado por varias páginas web similares. En caso de no recibirlo directamente, los editores están a la caza permanente de todo lo que aparezca publicado por los usuarios en las redes sociales, especialmente en Facebook, que les sea de utilidad.”
Las líneas del vocero gubernamental hablan por sí solas. Lamentablemente los cubanos no pueden esperar más que represión policial en los días por venir, y además la criminalización de quienes lo denuncien.