Las largas colas para obtener alimentos, durante la pandemia del coronavirus en Cuba, han sido de las cosas que más han lamentado algunas personas en Guantánamo, y señalaron que quienes duermen en esas filas toda la noche para obtener o acaparar un espacio deberían ser multados.
Así lo señaló un breve sondeo de opinión realizado por TV Solvisión, en un reportaje que exploró las expectativas de los guantanameros en la primera etapa de la recuperación pospandemia.
“Lo más difícil, además de combatir la pandemia, ha sido la situación con respecto a los alimentos y a la hora de hacer la cola, las personas duermen en las colas desde el día anterior, entonces uno que trabaja, no puede adquirir los productos porque las personas que no se dedican a trabajar están todo el tiempo en la cola y no permiten que uno pueda (comprar)”, dijo una señora, que no fue identificada.
Agregó que las autoridades debieran hacer “su función, que estamos en momentos difíciles, hay que actuar… estas personas que están durmiendo en las colas hay que multarlas si es necesario. Mandan a niños a hacer colas, también mandan a personas discapacitadas a hacer cola”.
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Otra persona entrevistada dijo: “Ahí hay una cola para comprar aceite, y (es tan larga) que no se puede ni comprar. No hay nada, no hay champú no hay crema, no hay nada. Y si lo sacan (el producto) es una cola que uno no puede comprar, entonces los revendedores son los que lo obtiene, para mí eso ha sido lo más complejo, ojalá que cuando se acabe el coronavirus, esto se mejore”.
Las colas para adquirir productos, frecuentes en Cuba, se han visto incrementadas durante la crisis de la COVID-19, ya que las personas pensaron, con razón, que se complicaría aún más el desabastecimiento y, además, el confinamiento obligó a buscar más alimentos para permanecer encerrados en casa.
Las colas para obtener pollo, entre otros productos, fueron quizá las más notorias, de lo cual ha reportado ampliamente ADN Cuba.
En mayo, un policía del régimen cubano amenazó con multar con 3.000 pesos a una mujer que demandaba que hubiera orden en una caótica cola formada por personas que pretendían comprar pollo en el barrio habanero de Nuevo Vedado.
“Si sigues hablando boberías, te pongo 3 mil pesos de multa”, le dijo el agente a la señora que reclamaba por el desorden reinante en la cola y por la negativa de dejarlos entrar a la tienda Puente Grandes, en el citado barrio de La Habana.