Los activistas de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), los esposos Katherine Mojena y Carlos Amel Oliva, decidieron exiliarse, luego de varios meses de acoso que pusieron a prueba su resistencia y capacidad de lucha.
La Seguridad del Estado arrestó a Carlos con el propósito de chantajearlo para convertirlo en colaborador y así hacerse con el control de la organización. Oliva atiende la rama juvenil de la Unpacu.
Esa propuesta consistía en mantenerse como vocero del partido y convertirse en un bravucón con el beneplácito de la Policía política. Tendría que darse golpes a pecho abierto, asegurando que se mantenía firme en su posición de líder juvenil de la Unpacu, pero bajando la cabeza y usando excusas absurdas para no llevar adelante acciones molestas para el régimen.
Oliva se negó, por lo que amenazaron con golpear e intimidar a su esposa.
“Mientras Amel estaba en la sala donde lo interrogaron, mi casa estaba sitiada. Así permaneció por tres días, aunque yo no entendía por qué, si ya el allanamiento había concluido. También colocaron una cámara en la esquina de mi vivienda para que no quedara duda de que estaríamos siendo más vigilados que nunca”, declaró Katherine a Cubanet.
“Las amenazas fueron muy claras: tanto mi suegra como yo íbamos a ser encarceladas; solo saldríamos de prisión como la Dama de Blanco y miembro de Unpacu Xiomara Cruz Miranda. Las amenazas también se extendieron a mis hijos, mi suegro y mi cuñado”, agregó.
Fue entonces cuando decidieron salir del país. Antes de exiliarse, la policía política autorizó una entrevista de Carlos con José Daniel Ferrer, líder de la Unpacu, el 7 de febrero en la cárcel, cuando todavía Ferrer se encontraba preso.
Durante su actividad en Cuba, el matrimonio de Katherine y Carlos promovió activamente la iniciativa Cuba Decide. Trabajaron en conjunto con diferentes organismos de derechos humanos como el Instituto Político para la Libertad (IPL-Perú), el Observatorio Cubano para los Derechos Humanos (OCDH) y el Centro de Información Legal Cubalex.
Katherine Mojena fue colaboradora de Cubanet, el medio periodístico a través del cual denunciaba todas las acciones represivas contra los activistas dentro de la Isla.
“Nuestra decisión de exiliarnos no está separada de la decisión, tomada hace años, de ponerle fin a la dictadura. Salimos de Cuba precisamente porque dentro ya nos sería imposible mantenernos activos. Pero continuar la lucha es nuestro objetivo principal junto a la Unpacu, Cuba Decide, la sociedad civil independiente cubana, el exilio y las organizaciones defensoras de derechos humanos”, comentó en ese medio.