En las últimas 24 horas Venezuela registró 45 nuevos casos de coronavirus, el número más alto desde que se inició el brote a mediados de marzo. La cifra total de infectados es 504 y 10 fallecidos, según fuentes del régimen.
La vicepresidenta ejecutiva del país, Delcy Rodríguez, dijo el sábado por el canal estatal de televisión que los contagios son en su mayoría de personas que retornaron de países vecinos:
"El 75% de ellos son casos provenientes de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Chile. Venezuela se ve también afectada por estos países que no han tomado las medidas que correspondían adoptar para hacer freno y controlar el COVID-19", señaló
La funcionaria explicó que 30 casos son de personas que regresaron a Venezuela y 10 comunitarios. En medio del colapso de la economía venezolana, alrededor de unos cinco millones de ciudadanos de este país migraron hacia otras naciones del Continente. Este éxodo se considera uno de los mayores desplazamientos en la historia reciente de América Latina, como consecuencia de las tensiones políticas, la inestabilidad socioeconómica y la crisis humanitaria en el país.
La vicepresidenta venezolana acusa a los países de la región por su ineficiente gestión en la contención del nuevo virus. Sin embargo, durante su comparecencia en televisión nacional, no informó sobre el número de pruebas aplicadas en Venezuela. Varios especialistas apuntan que las autoridades no hacen los estudios necesarios para determinar la cantidad de infectados y que el debilitado sistema de atención médica no está preparado para enfrentar la mortal pandemia.
Mientras, el gobierno de Nicolás Maduro asegura haber detenido la propagación la COVID-19 en Venezuela, aunque mantiene inamovible la cuarentena declarada hace dos meses y extendida ahora hasta el mes de junio. La razón, según analistas, va más allá de la pandemia: una agravada escasez de gasolina que impide reactivar la economía.
El diario El Comercio refiere que pese a que millones de venezolanos se ven forzados a romper el confinamiento para ganarse la vida en la calle en medio de una severa crisis, con seis años de recesión, hiperinflación y el colapso de servicios como agua y electricidad, Maduro señala: “No podemos confiarnos”.
Asdrúbal Oliveros, director de la firma financiera Ecoanalítica, comentó que “detrás de esta estructura draconiana de cuarentena está el gravísimo problema del combustible”.
La curva de contagios, en comparación con otros países, parece estar controlada en Venezuela: “pudieras permitir que sectores donde hay poca interacción social se abrieran bajo ciertas normas” o “diseñar cuarentenas regionales, focalizadas, dependiendo de dónde estén los brotes”, opina Oliveros.
La realidad es que largas filas de vehículos bordean las gasolineras en Caracas. Henkel García, director de la consultora Econométrica, según una nota de El Comercio, refirió :
“La gasolina pesa muchísimo (...). Si hoy el gobierno decidiese relajar la cuarentena, la gente encontraría que no puede ir a trabajar (...), no hay cómo movilizarse”, puntualizó.
El confinamiento tiene varios peligros para el país:
- Paralización del flujo de ingresos de las empresas
- “Una escalada de impagos” que en otros países es frenada con ayudas estatales, pero el margen de Maduro es limitado “sin recursos” y “sin acceso a financiamiento”, subraya García.
- Los ingresos del país, estima Ecoanalítica, pueden caer de 24 mil millones de dólares a 4 mil 500 millones.
- Sin liquidez, no aparecen soluciones a la sequía de gasolina, que genera un mercado negro en el que un litro se vende por más de dos dólares, constató la AFP, en contraste con irrisorias tarifas oficiales.
“El gobierno no logra levantar la producción local, sigue dependiendo de las importaciones y no tiene cómo acceder a combustible. Por eso está manteniendo la cuarentena de la manera más pura posible”, concluyó Asdrúbal Oliveros.