El luchador anticastrista cubano Jorge García-Rubio Cancio, efectivo número 2518 de la Brigada de Asalto 2506 y sobreviviente de la Operación Patty Candela, falleció esta semana en Miami a sus 81 años.
Fue en la noche del martes, en un hospital del suroeste de la ciudad floridana y cuando parecía comenzar a vencer al COVID-19, que el corazón de García-Rubio dejó de latir, según dio a conocer su primo, el periodista cubano Wilfredo Cancio Isla.
Mediante un emotivo post en Facebook, Cancio Isla rindió póstumo homenaje a quien definió como “un guerrero indomable” y “uno de los personajes más valientes y arriesgados” que ha conocido en su vida.
“Su temeridad no le restaba ni un ápice de alegría, de campechana familiaridad y de afecto entrañable para sus familiares y amigos. De esa gente que te envuelve en el espíritu de la festividad, quieras o no, dispuesto a coger la guitarra o recitar un poema del Siglo de Oro español o de su propia cosecha, y arrastrarte a un momento inolvidable de placidez”, reseñó.
“Tal vez muchos no sepan de su nombre y de su Historia, aunque es una historia silenciosa, pero en mayúsculas, incuestionablemente. Jorge fue un guerrero indomable en la larga batalla por la Cuba que se perdió, y por la que fue capaz de jugarse la vida en primera línea, callado y sin alardes, como ya no parece ser posible en estos días. Coraje le sobró siempre, pero con racionalidad y una sonrisa permanente”.
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Nacido en el seno de una de las más acaudaladas familias de la antigua provincia de Las Villas, propietaria de ganado, plantaciones arroceras y terrenos con árboles maderables, Jorge fue enviado a estudiar a Estados Unidos siendo un niño, como sus otros tres hermanos.
“Desde los 11 años fue alumno del Colegio Saint Leo, hoy St Leo University, al norte de Tampa, Florida. Allí se graduó de bachillerato con los sacerdotes benedictinos y regresó a su natal Sancti Spíritus, donde tuvo que dar clases para recuperar el español perdido antes de ingresar a la Universidad Católica de Villanueva en La Habana”, recordó Cancio Isla en su post.
“Pero entonces llegó Fidel Castro y despojó a la familia de sus bienes en nombre del bienestar del pueblo, y Jorge no se resignó al despojo. A los 20 años comenzó a involucrarse en la resistencia clandestina. La familia emigró a Estados Unidos en abril de 1960 y un mes después Jorge andaba ya en los entrenamientos de fuerzas élites en Guatemala que lo llevarían a lanzarse en paracaídas en la zona del Escambray como parte de un operativo de la CIA.
Se preparaba la invasión de Bahía de Cochinos y Jorge (Tony fue su alias en la operación) debía ser el telegrafista que recibiría la noticia del desembarco armado”, detalló el periodista, al tiempo que subrayó la membresía de su primo finado a la Brigada de Asalto 2506.
Tras el fracaso de la invasión, García-Rubio se involucró en la organización de la Operación Patty para la CIA, “el más ambicioso plan de magnicidio de la historia cubana reciente”, subrayó Cancio Isla.
Dicha operación, precisó, fue “rebautizada y penetrada por la Seguridad cubana como Operación Patty Candela”, un plan que buscaba el doble magnicidio de Fidel Castro Ruz y su hermano Raúl durante los actos conmemorativos por el 26 de julio en la Plaza de la Revolución de La Habana y Santiago de Cuba, perpetrando una autoagresión desde la Base Naval de Guantánamo.
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García Rubio fue el único sobreviviente de la operación. Logró escapar y asilarse en la embajada de Colombia, y luego en la de México. “Permaneció por un año a la espera de poder salir de Cuba. Cuando tuvo el salvoconducto viajó hasta el aeropuerto con una granada lista para estallar si los oficiales del G-2 que lo conducían al avión trataban de retenerlo”, recordó su primo sobre un episodio que dejó al luchador “secuelas emocionales por largos años”.
Luego de su llegada a Estados Unidos, el luchador anticastrista se integró a las Fuerzas Especiales del ejército estadounidense y obtuvo grados de primer teniente. “Su trabajo con la CIA continuó después en Nicaragua, Santo Domingo y Venezuela”, refirió Cancio Isla en su post de recordación.
“Jorge era un sobreviviente, obstinado y jovial, con la sonrisa a flor de labios a pesar de todos los desafíos y obstáculos que la vida le interpuso. Sobrevivió a casi todo con entereza y determinación, a los dolores, las enfermedades y las injusticias…
Se va un guerrero de esta batalla inconclusa que no parece tener puerto seguro a la vista. Curiosamente su partida se produjo en vísperas del Día de los Veteranos en Estados Unidos, una fecha que supo honrar con creces. Sé que Jorge seguirá peleando y cantando en el sitio que le toque, definitivamente en la gloria”, concluyó.