Cubanos exiliados y personalidades de la política en el sur de la Florida se reunieron este miércoles 10 de noviembre para celebrar los 50 años del famoso restaurante Versailles, un símbolo histórico y cultural de Miami.
El Versailles lo fundó Felipe Valls, quien llegó a Estados Unidos con 25 años huyendo del régimen de Fidel Castro. Desde 1971 está en la calle 8 de “la Pequeña Habana” y se convirtió en centro de las pasiones, las nostalgias y las alegrías de la diáspora de la isla que llegó para empezar, muchas veces, de cero, pero con la libertad que habían perdido en su tierra natal.
El restaurante representa “uno de los bastiones de la militancia anticastrista en el corazón del exilio cubano”, dijo la congresista María Elvira Salazar a ADN Cuba.
La política y periodista cubanoamericana estuvo entre quienes festejaron en el Versailles. Añadió en declaraciones para este medio que “aquí celebramos las derrotas y las victorias, y me encantaría que todo el pueblo cubano que nos está mirando pudiera pasar por aquí a tomarse un café con nosotros y ser todo un mismo pueblo”.
Aprovechó el contexto del emblemático Versailles para respaldar la Marcha Cívica por el Cambio, convocada para el 15 de noviembre en Cuba. “Estoy peleando en el congreso federal porque ese pueblo, el lunes, tenga la posibilidad de salir a la calle y que nosotros lo veamos, y que los sátrapas y bandidos del régimen no les puedan tumbar [el internet de] Etecsa y que entonces se apague la luz y ese pueblo se quede solo en la oscuridad”, dijo Salazar.
“Necesitamos que en Cuba haya conectividad el lunes, porque a los cubanos no los pueden apalear y matarlos, solos. Si los cubanos van a salir a la calle tenemos, por lo menos, que ser solidarios con ellos, y que la comunidad internacional vea los sacrificios que están haciendo en busca de libertad”, añadió la congresista republicana.
Durante el evento de este miércoles, el alcalde Francis Suárez declaró el 10 de noviembre como el “Día de Versailles en la ciudad de Miami”.
Suárez recordó momentos “especiales” que él ha vivido en el restaurante: “el primero cuando murió el dictador Fidel Castro”, y el segundo fue “el 11 de julio pasado, cuando espontáneamente los cubanos salieron expresar que quieren una Cuba libre en el futuro”.
El congresista Carlos Giménez dijo que en la comunidad de cubanoamericanos “estamos muy agradecidos” a la familia Valls y que él tiene la esperanza de “que un día vamos a ver la inauguración de un Versailles en La Habana o en Santiago, en una Cuba libre”.
Giménez entregó como reconocimiento una bandera norteamericana a la familia Valls, que ondeó encima del capitolio de los Estados Unidos.
Por otra parte, el empresario cubanoamericano Dariel Fernández, nuevo presidente del movimiento político Somos+, dijo a ADN Cuba que “no cabe duda de que el Versailles ha marcado la pauta de lo que es la comunidad cubana alrededor de todo el mundo, porque casi siempre las personas cuando viene a Miami lo primero que hacen es tomarse una foto en el Versailles y comer crema de malanga, tomar café…”
El activista opina que “definitivamente este restaurante, cuando se va a hablar de la cultura y de los cubanos, marca pautas. Su dueño demostró lo que es capaz de hacer un cubano cuando vive en libertad”.
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Tras medio siglo de creado, el restaurante continúa preservando la cultura culinaria del cubano en Miami. Decenas de miles de personas han comido allí croquetas de yuca, frijoles negros, vaca frita, el famoso sándwich cubano, o cualquiera de las recetas tradicionales y contemporáneas que se ofertan.
“Mi padre, como tanto otros cubanos, llegó a Miami con una 'mano adelante y otra detrás' y empezó trabajando en un restaurante de lavaplatos y luego le ficharon en una empresa de equipos de refrigeración y hostelería”, dijo recientemente Felipe Valls Jr. a la agencia de noticias EFE.
Con un adelanto, Valls comenzó a importar cafeteras de Italia y España. Pronto tuvo su primer restaurante, que vendió, y algunos años después “compró el terreno donde se encuentra la parte primera del Versailles”.
Desde entonces, el pequeño negocio creció hasta convertirse en un emblema de la comunidad, al punto de que hoy muchos políticos se acercan a saborear su café cortadito y dejarse ver en la emblemática “ventanita” del Versailles.
Actualmente, el restaurante tiene capacidad para más de 300 personas sentadas y atiende como promedio a 2000 comensales diarios, según dijo Valls Jr. al podcast El Washington Post.
Los presidentes Ronald Reagan, George Bush (padre), Bill Clinton, George W. Bush y Donald Trump, son algunos de los políticos que probaron la sazón del Versailles. También las estrellas de la música Celia Cruz, los Rolling Stones, Gloria Estefan, Beyoncé y Jennifer López, entre muchas otras que cayeron ante los encantos del mítico corazón del exilio en Miami.
Foto de portada: EFE