La comida de fin de año del Movimiento San Isidro: cocina y activismo por una nueva Cuba

El Movimiento San Isidro y en especial Luis Manuel Otero Alcántara, el creador de la idea, propone una metáfora que genera paralelismos entre el gesto de cocinar y la necesidad de accionar en el contexto cubano más actual
El 28 de diciembre hubo una comida performance en una galería de La Habana
 

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Comúnmente los rituales son situaciones que se repiten cotidianamente. Permiten saber qué va a pasar y principalmente crean seguridad. Preparar la comida es uno de esos rituales relacionados con la cultura, y puede convertirse en un excelente momento para compartir experiencias y fortalecer relaciones.

Aunque es una costumbre que se está perdiendo, es una experiencia que aporta beneficios nutricionales, mentales y emocionales a todos.

En la tarde del domingo 28 de diciembre tuvo lugar en la Galería de la Habana del Este una comida performance realizada por el Movimiento San Isidro. El gesto viene a ser una especie de cierre del 2019 para el arte independiente que este grupo de intelectuales lleva desarrollando este año.

La acción invitaba a todos los amigos e interesados a "cocinar" o aportar algún ingrediente a la cena.

El encuentro aboga por lo social, abriéndolo a una experiencia participativa para el visitante, modus operandi que se ha convertido en una constante en las últimas acciones del MSI, un movimiento que busca lo participativo para crear plataformas que desde el arte generen nuevas estructuras de pensamiento.

Recuérdese obras como "¿Que la patria os contempla orgullosa?", "Réquiem por la patria" y sobre todo el challenger lanzado en las redes sociales "#LaBanderaEsDeTodos".

 

 

En esta ocasión el gesto de cocinar viene a ser una tradición a veces perdida en Cuba ante la carencia e imposibilidad de conseguir los alimentos necesarios y/o la preocupación y el estrés que generan en la población estas limitantes.

Entonces, cocinar no solo posibilita el disfrute que lo culinario favorece, con la abundancia requerida, sino que también se convierte en ese espacio y ritual que genera una conectividad entre los participantes.

Si bien el hecho de degustar comidas en un espacio galerístico suena ya bastante trillado dentro de la historia del arte en Cuba (recuérdese el legado de arte de performance muy rico que existe, señalando artistas como Ana Mendieta, una importante precursora e influencia, Tania Bruguera, Carlos Martiel y el propio Otero Alcántara), no lo ha sido así el hecho de cocinar en colectivo.

El Movimiento San Isidro y en especial Luis Manuel Otero Alcántara, el creador de la idea, propone una metáfora que genera paralelismos entre el gesto de cocinar y la necesidad de accionar en el contexto cubano más actual.

Una vez más el arte independiente (no dependiente) genera una plataforma de pensamiento desde el arte mismo, cuestiona y ofrece la evidencia: la acción de la que todos forman parte genera conexiones, que como en la cena misma, aportan resultados.

 

 

Teniendo en cuenta la presión por parte del Gobierno cubano sobre estos intelectuales en este año, no puede pasarse por alto el hecho de que la convocatoria fue lanzada el mismo día, temiendo y previendo posibles detenciones.

Ese aspecto deja mucho que decir: primero sobre el gobierno actual en Cuba: ¿hasta qué punto le temen a una "comida y/o reunión familiar, entre amigos"? pues existe el precedente de impedir que estos encuentros se realicen; segundo: de los artistas e intelectuales que forman parte del Movimiento San Isidro y los amigos, colegas que son espectadores recurrentes en las actividades que desde lo independiente realizan. Inevitablemente nos llama a repensarnos cómo la tenacidad, la resistencia y la valentía son una constante ciertamente para ellos.

Así despidieron uno de los máximos representantes del arte independiente el año 2019: generando empatía, fortaleciendo esos nexos que los hacen crear en todo momento en pos de una Cuba más liberal, de una sociedad con mayores beneficios, y sobre todo reafirmando la frase, de autoría de Amaury Pacheco, que Luis Manuel Otero Alcántara ha popularizado en las redes, entre la gente y que realmente ha hecho mantener la esperanza de muchos cubanos: ¡Estamos Conectados!

 

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